"No, los inmigrantes no son ni mucho menos los responsables de la saturación que sufren los servicios de urgencias hospitalarios". Esta respuesta, unánime con pequeños matices, la dieron los tres facultativos de urgencias de Son Espases consultados para realizar esta información. Una negativa que además pone en entredicho el principal motivo esgrimido el pasado martes por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, para anunciar un cambio en la política sanitaria del Gobierno y volver a permitir el acceso a los 'sin papeles' a los centros de saludpermitir el acceso a los 'sin papeles' a los centros de salud.

"No, desde luego que las urgencias no se han colapsado porque a los inmigrantes en situación irregular solo les hayan dejado la opción de acudir a ellas para ser asistidos en este país. La sobreutilización de estos servicios no es cosa de estos dos últimos años (se privó de la tarjeta sanitaria a este colectivo desde septiembre de 2012)", recalca uno de los facultativos contactados.

"Las saturaciones son más estacionales. Tenemos el servicio colapsado en los meses de invierno por el frío y la gripe y en los meses estivales por pequeños traumas causados en accidentes de tráfico y por una mayor actividad lúdica al aire libre y por las intoxicaciones etílicas que nos llegan de Magaluf", enumera el médico.

Este facultativo también lamenta la falta de previsión y de organización en el hospital de referencia al denunciar que precisamente en los meses de enero y febrero, una vez pasadas las fiestas navideñas, en Son Espases aumenta la actividad quirúrgica programada. "En un periodo que tenemos el servicio sobresaturado por la gripe, no disponemos de camas porque los cirujanos operan más y después de una intervención hay que hospitalizar al paciente", explica.

"La planificación es absurda", se desahoga este facultativo antes de recalcar que "la mitad de las cosas que hacemos en urgencias las podrían hacer en los centros de salud. Ahora, por no tener no disponen ni siquiera de una máquina para hacer radiografías como antaño tenían en sus domicilios muchos médicos. También en Primaria se deberían poder hacer analíticas básicas y mandar al hospital las cosas realmente importantes y no todo como ahora".

Este especialista también habla del envejecimiento creciente de la población y de una carencia de plazas sociosanitarias que dificultan el necesario drenaje de este tipo de pacientes desde los hospitales de agudos a estos centros más preparados para atenderlos.

Un compañero suyo habla de una "mala planificación de las urgencias hospitalarias" que viene de antiguo, "desde hace años", concreta. "Tenemos una población cada vez más envejecida y no es raro que en cada guardia atendamos a más de diez pacientes de más de noventa años de edad. Y el problema es que no se han adaptado los recursos sanitarios a las necesidades de una sociedad que, repito, cada vez es mayor. En la actualidad no hay plazas sociosanitarias suficientes", sostiene este médico, que no quiere ni pensar en qué situación nos encontraríamos ahora si el Govern de Bauzá hubiera persistido en su idea de cerrar el Joan March y el General.

"La solución pasa por readaptar Son Dureta y abrirlo como sociosanitario. Es una inversión de futuro que va a salir más barata a la larga. El problema es que los políticos solo piensan en términos de los cuatro años de legislatura. Cada día, entre Son Espases y Son Llàtzer, atenderemos a entre 25 y 30 pacientes que no deberían estar en urgencias, son enfermos crónicos, ancianos y descompensados que no precisan ser tratados en un hospital de tercer nivel porque no es el recurso adecuado y, además, su atención sale más cara. Repito, si reabren Son Dureta, a la larga será rentable. ¿Qué pasa? ¿Qué no hay recursos para atender a nuestros mayores? Si es así, emplazo a los políticos a que lo digan en este periodo preelectoral", reta.

"Salir con todo hecho"

Este facultativo también apunta al retraso que acumula la realización de las diferentes pruebas diagnósticas como otra de las causas del colapso de las urgencias. Este argumento es desarrollado por otro de sus colegas, que señala a la nueva mentalidad de la sociedad de hoy en día que no admite esperas ni demoras. "En urgencias encuentran lo que no se les da en ningún otro nivel asistencial, que es salir del hospital con toda ya hecho, incluidas las pruebas complementarias que ya no hacen en los centros de salud así como un diagnóstico rápido de su patología", interpreta el médico.

El especialista también apunta al cierre de los centros de salud por las tardes como otra de las causas de la saturación de las urgencias hospitalarias. "Podrían ir al SUAP (los tres centros de salud que, en Ciutat, cubren las urgencias de menos gravedad desde las cinco de la tarde), pero como allí no van a encontrar a su médico de cabecera y también les va a atender un extraño, pues prefieren venir a urgencias. También está el caso de aquellos que han de esperar varios meses para ser vistos por el especialista y optan por acudir al hospital ya que saben que habrá uno de guardia en urgencias que les atenderá tras una espera sustancialmente más corta. Por no hablar de la gente mayor a los que los seguros ya no les cubren. Una posible solución sería ampliar los horarios de las consultas externas para ir recortando estas listas", sugiere.