"Cuando haya disponibilidad presupuestaria, la intención es montar un complejo sociosanitario en el viejo Son Dureta, pero esto no significa que no pueda convivir con los hospitales Joan March y General y mantener los tres recursos abiertos", recalcó ayer Miquel Tomàs, director general del IB-Salut, matizando así unas declaraciones a una emisora de radio de las que se podía traslucir que la remodelación de Son Dureta podría implicar el cierre y el traslado de la actividad de lestos dos centros sociosanitarios al viejo hospital de referencia.

"En estos momentos, nuestra prioridad y nuestro presupuesto está comprometido para la asistencia de agudos, lo que no quiere decir que en un futuro de tres, cuatro o cinco años necesitemos más hospitales sociosanitarios porque aumente el perfil del enfermo crónico de edad avanzada o pacientes pluripatológicos que requieren de hospitalizaciones de media y larga estancia", precisó el responsable de Salud.

Los terrenos sobre los que se yergue el viejo Son Dureta son propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social aunque están cedidos a la comunidad autónoma para un uso sanitario. Preguntado Tomàs sobre si el organismo estatal podría volver a recuperar la titularidad de los terrenos si el Govern no hace nada en ellos, contestó que el Servei de Salut tiene una prioridad sobre ellos y que siguen albergando actividad sanitaria ya que, recordó, en el viejo Son Dureta opera en la actualidad el servicio de emergencias del 061 así como parte de los archivos sanitarios del antiguo hospital que todavía han de ser tratados para incorporarlos a un almacenamiento digital.