La gripe estacional, el aumento de la actividad quirúrgica en los hospitales tras el parón vacacional navideño y la sobreocupación de los hospitales sociosanitarios, a los que en estos momentos no se puede derivar pacientes ancianos pluripatológicos, han vuelto a ocasionar atascos y saturaciones en las urgencias hospitalarias.

Esta es la interpretación sobre la situación que se está viviendo en estos días que dio un trabajador del servicio de urgencias de Son Espases, centro que, según denunció el sindicato de enfermería (SATSE), ayer por la mañana tenía a 30 pacientes en urgencias pendientes de ingreso, ocho de ellos en observación y otros 22 en la zona de camillas, área integrada en el servicio de urgencias con capacidad para doce personas.

No obstante, el Servei de Salut rebajó a 25 los pacientes que aguardaban ubicación en una planta del hospital de referencia. Aunque el corte lo hizo a las tres de la tarde, cuando las altas del día ya han permitido ingresar a algunos pacientes. Asimismo, el IB-Salut señaló que a esa misma hora había diez enfermos esperando en urgencias de Son Llàtzer y tres en el comarcal de Inca. Por contra, en el hospital de Manacor la situación era de completa normalidad y no tenía a pacientes esperando.

Y el Servei de Salut quiso recalcar que, en estos momentos, todos los hospitales públicos de las islas tiene el cien por cien de sus camas abiertas y que, para atender este pico asistencial, se han reforzado los servicios de urgencias contratando a cincuenta profesionales sanitarios -enfermeros, auxiliares y celadores-. Desde Salud se prometió además que, en función de las necesidades asistenciales, se continuará contratando a más personal.

Así intentaba salir al paso de las acusaciones del SATSE que aseguraba que en Son Espases "apenas se está reforzando a los profesionales" y que, a pesar del colapso que se está viviendo, "no se harán contrataciones hasta el 16 de enero (por mañana, viernes)".

El sindicato de enfermería lamentó asimismo que en Son Espases no se contemple la posibilidad de derivar pacientes a otros centros públicos o a clínicas privadas para desatascar las urgencias. En este sentido, el SATSE denunció que mientras en Son Espases esperaban ser acomodados treinta pacientes, en Son Llàtzer había siete camas desocupadas y otras diez cerradas.

"No entendemos la situación de desigualdad entre unos y otros. Hospitales como Manacor refuerzan de inmediato el personal sanitario y derivan pacientes incluso a la sanidad privada como hizo el lunes pasado mientras que Son Espases e IB-Salut consienten esta constante saturación en las urgencias del hospital de referencia", recriminó Jorge Tera, secretario general del sindicato de enfermería.

En respuesta a estas denuncias, el Servei de Salut confirmó que el hospital de Manacor ha derivado pacientes tanto al hospital Sant Joan de Déu como a la Policlínica Miramar y recalcó que desde Son Espases también se ha remitido enfermos, un total de 4, al centro del Coll d'en Rabassa.

Independientemente de los rifirrafes entre la Administración sanitaria y el sindicato de enfermería, un profesional que ayer estaba trabajando en el servicio de urgencias de Son Espases señaló que esta situación no es nueva, que cada invierno se repite, y la atribuyó al citado aumento de la actividad quirúrgica -que requiere la hospitalización del paciente intervenido-, a la saturación de los centros públicos sociosanitarios -Joan March, General y Psiquiátrico- y al repunte asistencial provocado por estos meses de frío entre los pacientes más ancianos.

Dos días en una camilla

A mediodía de ayer, el citado trabajador refería que en la zona de camillas de Son Espases (con capacidad para doce pacientes) se acumulaban 18 y, de ellos, diez ya estaban diagnosticados y aguardaban cama. "Y cinco de ellos esperaban desde hace más de 24 horas cuando los protocolos fijados establecen que en la zona de camillas solo se ha de estar un máximo de 6 horas. Y uno de estos pacientes permanece en la camilla desde hace 48 horas", lamentó el profesional, que añadió que la zona de observación, zona en la está establecida una permanencia máxima de 24 horas, ayer había dos pacientes octogenarios que llevaban allí, respectivamente, 97 y 90 horas.

El IB-Salut corroboró uno de las motivos esgrimidos por el profesional para explicar este nuevo atasco en urgencias al señalar que, en la última semana, la actividad quirúrgica programada se ha incrementado en un 35% al pasar de 159 operaciones a las 214 realizadas durante la jornada de ayer.