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Mallorca batirá récords en Alemania, mientras se dispara el turismo francés

Las reservas del mercado alemán para el verano 2014 crecerán hasta un 10%, pese a estar ya en máximos - Los países nórdicos elevan su demanda de plazas en la isla Se espera un lleno absoluto: los touroperadores reclaman más plazas de las que hay

­A Mallorca le van a faltar plazas de hotel. Tres temporadas de éxito turístico después, la racha seguirá durante la temporada 2014, que será la de los récords. Otra vez. O a eso apuntan las previsiones recogidas entre touroperadores y agencias de Alemania, Francia y Suecia por los directores de las oficinas de turismo de España en esos países. La conclusión es que las reservas crecen de nuevo, acompañadas de aumentos en las perspectivas de gasto de los turistas que lleguen a las islas, una combinación que lleva a los touroperadores a advertir de que necesitan contratar más capacidad de la que tiene Mallorca.

El caso más relevante es el alemán. El principal cliente de Mallorca se prepara para abarrotar la isla de turistas y euros. "Si el año pasado decíamos que la caja de los alemanes estaba más llena que nunca, este año además la disposición a viajar es la más alta de los últimos años, y con gran diferencia", resume Álvaro Blanco, director de la oficina de Turismo de España en Múnich, que afirma que hasta ahora las reservas de invierno han crecido un 13%, y la previsión que se maneja para España en verano ronda el 5% de avance. Aunque a Balears le irá de nuevo mejor que al resto de España: "Según lo que llega de los touroperadores, el crecimiento será de entre el 5% y el 10%". Y eso es una barbaridad en un mercado que aporta a 4 millones de turistas: si ese incremento del 10% se hiciese realidad, la isla sumaría 400.000 alemanes más, cifra que por sí sola supera toda la aportación de mercados como el galo.

Y eso que el francés pega fuerte. Aunque con matices que, por cierto, hablan del atractivo de Mallorca en Francia. Porque pese a que los franceses andan de capa caída, con la economía estancada, el paro en niveles superiores al 10% (3,5 millones de franceses sin trabajo) y el consumo y la confianza deprimidos y sacudidos por las historias de cama del presidente Hollande, las perspectivas de reservas de viajes a las islas son magníficas, con aumentos de reservas del 16,5%. "El contexto general en Francia es de dificultad, pero el caso particular de Balears es muy ilusionante, por lo que podemos decir que la temporada será muy muy buena", comenta la directora de la oficina turística de España en París, Elena Valdés. Si las previsiones se cumplen, los 389.000 turistas llegados a las islas en 2013 podrían ascender a más de 400.000, que se quedarán casi todos en Mallorca y Menorca. Tanto es así que los touroperadores franceses han llegado a decirle a Valdés que necesitan más plazas en Mallorca, y que están dispuestos incluso a modificar algunas de sus condiciones de contratación habitual con tal de reservarse sitio en una isla más cotizada en Francia que nunca.

Lo mismo se puede decir del mercado nórdico, que mientras se habla del ruso y sin hacer ruido está convirtiéndose en uno de los clientes esenciales. Y no solo por el turismo: también las inversiones inmobiliarias nórdicas avanzan sin freno. Aunque los datos que se facilitaban ayer eran exclusivamente turísticos. Y buenos. Según documenta Octavio González, director de la oficina turística de España en Suecia, el año 2013 fue "excepcional", con un crecimiento del turismo sueco en España del 21%, salto grande que se queda pequeño si se compara con el avance del 27% de Balears. A las islas llegaron así 322.753 suecos, a los que habría que sumar los cientos de miles de noruegos, daneses y fineses que han convertido Mallorca en su lugar de vacaciones. ¿Cómo irá pues la cosa en 2014? Pues según González, aún es pronto, pero se prevé una mejoría de la economía sueca, y las principales aerolíneas han programado un aumento de conexiones con las islas. El incremento de plazas previstas es del 7%, por lo que el año será bueno. Sobre todo para Mallorca, que acapara el 95% del turismo sueco en unas isla cada vez más cosmopolitas y abarrotadas.

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