­Distorsiones contables al margen, Meliá vivió en 2013 "un año histórico", o eso considera el vicepresidente del grupo y presidente de Meliá Hotels, Gabriel Escarrer, que durante la presentación de resultados del ejercicio pasado recordó que han incorporado a la cadena 28 hoteles en un año, a los que se sumarán otros 58 entre 2014 y 2015. Todo después de un 2013 marcado por la mejora de la rentabilidad de los establecimientos, que propició que el beneficio bruto del grupo (Ebitda) aumentase un 28,3%, hasta los 241 millones de euros. La facturación avanzó para ello hasta los 1.352 millones de euros, una cifra de negocio cada vez más marcada por el avance imparable de las ventas en Internet (marcaron una cifra récord de 212 millones).

La solidez del negocio hotelero de Meliá queda plasmada en los catorce trimestres seguidos de aumento del ingreso por habitación disponible. Según documentan desde el grupo, en 2013 la facturación por habitación creció un 5,2%. Y la tendencia sigue: esperan un incremento del 7% en el primer trimestre de este año, para el que el grupo hotelero mallorquín tiene buenas perspectivas. Prevén así en 2014 un repunte del 5% del turismo internacional, mientras se estabiliza por fin el mercado nacional. Que no es poco logro. Lo constata el hecho de que en 2013 Meliá mejoró su negocio en todas las divisiones menos en una: España urbana, en la que el ingreso por habitación cayó un 2%.

Mallorca, por la senda del éxito

Exceptuada España urbana, el resto de áreas de Meliá progresan marcadas por el éxito: la división de América elevó un 10,2% su ingreso por habitación, mientras los hoteles de Europa, Africa y Oriente Medio avanzaban un 10,9%, y el negocio mediterráneo se anotaba un crecimiento del 5,5% en la facturación por habitación. A esta buena marcha del área mediterránea contribuye en gran medida Balears. Destaca en la evolución de una de las apuestas estratégicas de Meliá: el proyecto Calviá Beach (Magaluf) mejoró un 25% sus ingresos, tras impulsar un aumento medio de la tarifa de temporada alta del 20%. El hotel Sol Wave House disparó un 12% los ingresos por habitación en su segunda temporada, a la espera de que el multimillonario proyecto de Magaluf incorpore en 2014 un hotel de la marca de máximo lujo, un ME con 255 habitaciones.

Con todo, la valoración del vicepresidente del grupo, Gabriel Escarrer, está caracterizada por la satisfacción: "La mejor noticia del ejercicio fue la positiva evolución del negocio hotelero, en un año histórico en que incorporamos 28 hoteles, mientras reestructurábamos la deuda y nos preparábamos para un crecimiento internacional aún más intenso en próximos años". El plan para 2016 es tener 365 hoteles en 40 países.

La distorsión contable

La única sombra que proyectan las cuentas es contable y carece de efectos reales en la tesorería del grupo. Se trata del impacto de un bono convertible de 76 millones que se canceló en diciembre, pero aún así y pese a no tener efectos en caja (el dinero no llegó a salir), la normativa de la Comisión Nacional de Mercado de Valores obliga a incluirlo. La consecuencia es que se pasa de un beneficio neto proforma de 33 millones, a unas perdidas en el ejercicio de 73,2, cifra sin impacto en tesorería que sale de descontar 76 millones de ese bono convertible y otros 30 millones que Meliá provisionó en previsión de la salida del grupo de Puerto Rico. "El impacto contable y sin afectación a caja de la valoración del bono convertible -opción ya suprimida- no debe desvirtuar la imagen fiel del negocio recurrente de Meliá", opina Escarrer.