Joana Barceló, portavoz del Govern del Pacte de Progrés, es también consellera de Trabajo y, por tanto, la responsable directa de afrontar la peor coyuntura laboral que se recuerda en el archipiélago. El segundo invierno de la crisis está a la vuelta de la esquina y ni las previsiones más optimistas eluden señalar que Balears alcanzará la mayor cifra de parados de su historia. Ella no lo niega, pero se afana en espantar el derrotismo.

–En marzo de 2009 alcanzamos el récord histórico de 75.000 parados en las islas, ¿estamos abocados a superarlo este próximo invierno?

–Evidentemente el desempleo este invierno subirá, superaremos los 75.000 parados. Es un número increíble de paro, muy duro. Hay elementos que lo explican. Primero, tenemos un colectivo de parados provenientes del sector de la construcción muy elevado. La construcción, en la que hemos fundamentado muchísimo el crecimiento del PIB de la Comunidad, no tenía una correspondencia en el producto per cápita, crecíamos a partir del uso intensivo de mano de obra. Al pararse este sector, la bajada del PIB supone una sangría laboral muy grande. Este colectivo de parados del sector de la construcción es evidentemente difícil de reubicar. Tenemos que ser capaces de crecer a partir de más formación, innovación y competitividad, y no volver a crecer con uso intensivo de mano de obra. La transición no es rápida y será dura: mantendremos altas cifras de paro estructural.

– Pero la construcción no lo explica todo.

–Además de la evolución demográfica, hay otro componente que es el efecto llamada de esta Comunidad Autónoma, donde seguimos incorporando población activa de una manera increíble. En torno a un 20% de nuestros parados son gente que en los últimos tres años no ha trabajado y que necesita incorporarse al mundo laboral, y también seguimos creciendo con demanda exterior. Hay otro elemento estructural balear, que es la estacionalidad de nuestro turismo, una de las asignaturas pendientes. Utilizamos de manera poco competitiva, durante muy pocos meses, nuestro gran capital turístico, y además la temporada se acorta por la crisis.

–¿Cómo se ha comportado la ocupación turística este verano?

–Ha sido una temporada muy dura, pero ha tenido un buen comportamiento laboral y se ha mantenido bastante bien ante el golpe de la crisis. En temporada turística incluso hay en torno a 20.000 personas ocupadas que vienen de fuera.

–Dice que el invierno será duro, pero ¿se atreve a poner cifras a la previsión del volumen de parados?

–No. Lo que quiero hacer es hablar de las salidas. Por un lado hay que disponer las coberturas sociales de prestaciones por desocupación. El 65% de los parados cobran prestaciones, en torno a un 18 o 20% son personas que no han trabajado en los últimos tres años, y es un colectivo importante, y hay otra parte, sobre un 15%, que son quienes no tienen prestación pero podrán acogerse a la ayuda de los 420 euros del Gobierno central. Tenemos que garantizar la máxima prestación, pero a la vez hacer políticas activas para que el colectivo que no tiene prestaciones pueda incorporarse al mercado laboral y los parados estructurales sean capaces de reconvertirse. También es necesario adoptar medidas activas de contratación, a través de organismos autónomos y ayuntamientos, para poder dar un salario al tiempo que se ofrece un aprendizaje. Así se ayudará a la gente a entrar en el sistema de prestación.

–¿Tendrá que asumir la Comunidad parte del coste de la ayuda de 420 euros?

–En absoluto. Es una prestación, y la paga el Estado. Es correcto que se haga desde enero al próximo febrero, y probablemente con una ampliación de seis meses más.

–Usted planteó al llegar a la Conselleria la necesidad de reforzar la formación ocupacional.

–La gran asignatura pendiente era reconvertir la formación. Toda la formación que ofreceremos será certificada y catalogada, y además dirigida a los sectores que necesitan de mano de obra.

–Pero, ¿algún sector genera empleo?

–Sí. Otra de las características de nuestro mercado es que aún hay profesiones que no podemos cubrir. Por ejemplo, tenemos muy poca gente cualificada en nuevas tecnologías. No contamos con certificados de profesionalidad y especialización en este campo. También hay empleo en servicios sociales como la educación de 0 a 3 años, la atención a la dependencia en residencias y centros de día. Haremos una cuantificación muy exacta y formaremos a la gente que necesitemos. También trabajaremos en áreas medioambientales como las energías alternativas, el mundo agrario, y el tratamiento de residuos y aguas. Evidentemente también hay que incidir en las profesiones ligadas a los nuevos servicios turísticos. Obligatoriamente tenemos que liderar las nuevas certificaciones profesionales en materia turística. Dentro de este campo hay un montón de posibilidades en la náutica, desde el mantenimiento de embarcaciones, al salvamento y el submarinismo. Otro elemento importante es fomentar la formación contra contratación. Estamos dispuestos a preparar a la gente para la oferta que tengan las empresas.

–¿Es el desempleo el mayo reto para el conjunto del Govern?

–Combatir el paro es tarea de todas las administraciones. En estos momentos es fundamental pensar en clave de crisis, por ejemplo a la hora de elaborar los presupuestos. Hay que habilitar inversión productiva, que ocupe mano de obra.

–¿Ha adelantado el president el debate de la Comunidad para evitar enfrentarse a él con las cifras del paro de septiembre sobre la mesa?

–En absoluto, porque es obvio que en septiembre el paro siempre aumenta. Lo normal es empezar el curso político con un debate sobre el estado de la Comunidad, es lo lógico políticamente. En el debate se plantearán las medidas de compromiso público en inversión, que ayudarán a sector de la construcción. También son claves medidas más estratégicas como las dirigidas a combatir la estacionalidad turística, como el Plan Renove, que al mismo tiempo ayuda a la construcción.

–¿Y todo lo que plantea se tendrá que hacer con un presupuesto un 15% menor? Esto es cuadrar el círculo.

–El Govern tiene claras dos cosas. Tenemos que bajar recursos, y lo haremos mediante la austeridad y en todo lo que podamos hacer un paréntesis de un año, pero es prioritaria la economía productiva, el cambio de modelo, y los servicios básicos como educación y sanidad, bienestar social y trabajo. Este criterio lo compartimos los diferentes grupos políticos: los presupuestos son del Govern.

–Entonces, parece inevitable subir los impuestos.

–No lo contemplamos en estos momentos...

–Pues habrá que endeudarse más.

–El nuevo sistema de financiación nos ayuda, y habrá que ir reduciendo...

–¿De dónde?

–De todos los capítulos de personal, de gasto corriente, y de todo lo que son programas de subvenciones..., ir ajustando los programas prioritarios. Una subida de impuestos se hace difícil, creemos más en mantener el nivel de déficit que en gravar el consumo o a las empresas, porque necesitamos que todo se reactive.

–¿Puede ayudar una reestructuración de la administración fundiendo conselleries y suprimiendo empresas públicas?

–Tenemos obligatoriamente que redimensionarnos. Hay cosas que puedes hacer de manera inmediata mediante los presupuestos y luego hay reducciones más difíciles como a través del sector público, porque tienes que recolocar la deuda que aguantan. Se han hecho muchísimos consorcios simplemente para ir gestionando recursos en deuda. Esta reestructuración es necesaria pero tiene un plazo que difícilmente podremos ver en los presupuestos, puede ir teniendo efecto a lo largo del próximo año. No puedes quitar en poco tiempo cuatro empresas públicas, pero hay que establecer una estrategia de reducción a medio plazo.

–Por su experiencia de casi de un año al frente de la Conselleria y como portavoz. ¿Es este un Govern un poco pasivo?

–El Govern ha trabajado muchísimo y en la dirección adecuada para el cambio de los objetivos de trabajo, aunque a veces cuesta mucho comunicarlo. Hay grandes cambios en servicios sociales, en nuevas tecnologías, en transporte público, aunque tal vez ahí pesan los flecos... Sobre todo hemos intentado que se visualice que este es un Govern que trabaja en favor del interés general y que es capaz de ejercer los controles necesarios para que la administración esté al servicio del ciudadano, de estructurar una administración que controle. Sólo por esto ya habría valido la pena constituir el Govern del Pacte.

–¿Favorece al Pacte la debilidad de una oposición machacada por los casos de corrupción?

–No beneficia absolutamente a nadie, porque es fundamental la capacidad de propuesta de la oposición. En tiempos de crisis el debate político es aún más importante. Es necesaria una oposición que asuma el papel de alternativa. El debate sobre la corrupción no beneficia al trabajo de las instituciones y no genera la necesaria confianza del ciudadano en las instituciones. Al margen, la Justicia tiene que hacer su trabajo, y el nuestro es recuperar la confianza en las instituciones y demostrar que el Govern controla y es capaz de gestionar inversiones importantes de una manera correcta.

–¿No es un handicap para el Pacte a la hora de recuperar esa confianza que su mayoría parlamentaria se sustente en un diputado (Tomeu Vicens) apartado de su grupo por una imputación judicial y que el propio Govern tenga un conseller imputado (Miquel Nadal)?

–Esto no ayuda, pero es lo que tenemos. Tenemos que trabajar en unas instituciones muy marcadas por una imagen de desgobierno y corrupción. Tenemos que transitarlo. Me encantaría ser radical, pero la realidad es que tenemos que gestionar este cambio para que las instituciones estén al servicio de los ciudadanos con total transparencia, y hacer ver que en política los objetivos no lo valen todo. Son tránsitos difíciles.

–¿Teme un reproche electoral por la falta de medidas respecto a los cargos públicos imputados?

–Nuestra responsabilidad como socialistas ante los electores es establecer los mecanismos de gestión y jurídicos para garantizar que nunca más en esta Comunidad vuelva a pasar lo que ahora sabemos que ha ocurrido. Nuestro compromiso es que nunca más sea posible. Este tránsito lo tenemos que gestionar para que en esta legislatura podamos garantizar que, a través de las leyes y la gestión, nunca más vuelva a pasar.

–Insisto, ¿no les resta credibilidad la presencia en los gobiernos de coalición de imputados cuando durante la pasada legislatura desde el PSOE hicieron un discurso muy duro contra la corrupción?

–Los controles que hacemos son muy duros. La ley de Función Pública que saldrá será muy dura. Ese discurso lo ejecutamos. A los políticos les avalan los hechos y los nuestros demostrarán de forma clara que se opta por otro modelo diferente.

–Parece que esta regla no se aplica respecto a uno de los socios del Pacte.

–Dejemos trabajar a la Justicia.

–Francina Armengol ya ha dicho que si el partido se lo pide está dispuesta a reemplazar a Francesc Antich como candidata a la presidencia del Govern. ¿Y usted?

–(Ríe) No hay ningún planteamiento que pase del trabajo que estoy haciendo en el Govern. Siempre he estado a disposición de Xisco Antich. Este trabajo me encanta, aunque me gustaría que la situación económica fuera diferente. No me planteo otra cosa.