Horizontes

Escola d’Hoteleria: 30 años formando profesionales

El hecho de contar con un grado universitario oficial, de Dirección Hotelera, ha aumentado el interés del alumnado por unos estudios que garantizan al 100% la incorporación inmediata al mercado laboral

De izq. a dcha., el profesor  Marcos Martínez, la directora  Maria Llompart y los alumnos Ricard Mesquida y Aina Cardona.

De izq. a dcha., el profesor Marcos Martínez, la directora Maria Llompart y los alumnos Ricard Mesquida y Aina Cardona. / Manu Mielniezuk

En una comunidad que vive esencial y principalmente del turismo no podía faltar una centro como l’Escola d’Hoteleria de les Illes Balears (EHIB), que viene formando a profesionales del sector desde 1995. Un punto de inflexión importante para la Escuela fue el hecho de gozar de grado universitario oficial, cuyos dos últimos años (tercer y cuarto cursos) incluyen 900 horas de prácticas en empresas.

La nueva directora de la Escuela, Maria Llompart, explica de entrada que dirige “un consorcio integrado por dos entes: por un lado, el Govern (concretamente, la Conselleria de Turismo) y, por otro, la Universitat de les Illes Balears. Somos una entidad formativa en distintos ámbitos. La Escuela de Hostelería de les Illes Balears integra una parte universitaria, con el grado oficial de Dirección Hotelera, y otra que se corresponde con títulos de grado medio y grado superior de Formación Profesional. Además, ofrece formación continua y cursos del SOIB. De hecho, el SOIB cuenta con una oficina en nuestras instalaciones, cuya oferta es específica del sector. Es decir, hablamos de un abanico formativo muy amplio, pero siempre con el objetivo principal de formar a profesionales para el sector en Baleares, ya sea en hoteles o restaurantes”.

Incorporación inmediata y garantizada a un empleo

Marcos Martínez trabaja en la EHIB como profesor de Cocina desde 2001. Incide precisamente en que “cuando vienen institutos a visitarnos, siempre subrayamos que aquí no formamos alumnos, sino que formamos profesionales: es decir, a futuros trabajadores del sector. Y nos jactamos de que, entre nuestro alumnado, quien no trabaja es porque no quiere. De hecho, no llegamos a cubrir lo que el mercado demanda en cuanto a volumen de profesionales”.

Marc Mesquida y Aina Cardona son dos jóvenes (él de Mallorca y ella de Menorca) que estudian el grado universitario de Dirección Hotelera en la EHIB. Ambos, con 22 y 19 años, respectivamente, explican el porqué de su elección. “Empecé estudiando el grado de Dirección y Administración de Empresas -recuerda Mesquida-, porque me atraía el mundo de los negocios, pero no me acabó de gustar. Buscando por internet vi que aquí se impartía el grado oficial de Dirección Hotelera y me decidí a cursarlo sobre todo porque doy mucha importancia a las prácticas que se llevan a cabo en tercero y cuarto cursos. Fue el factor determinante para mi elección, ya que la EHIB tiene convenios con muchas empresas. También ayudó que cuando vine con el instituto a hacer una visita vi las muy buenas instalaciones que hay aquí”. Cardona, por su parte, explica que pertenece a “una familia vinculada al ámbito de la hostelería Al saber del grado oficial en la EHIB y de las prácticas, me decidí. Esas prácticas ya te colocan en el mercado laboral, lo cual es muy importante”.

Desde la dirección y la docencia también se considera fundamental el valor de las prácticas externas. Así, Llompart asegura: “El punto fuerte del grado universitario son las prácticas, que, por otro lado, es aquello que llama la atención del alumnado. Cabe decir que no sólo el grado universitario, sino toda la formación que se imparte aquí tiene un componente muy marcado de práctica, y eso es lo que gusta.

Y Martínez corrobora el componente eminentemente práctico de toda la formación que se ofrece en l’Escola d’Hoteleria. “Desde el primer momento, los alumnos que entran a estudiar observan ese hecho, ya que aquí funcionamos como un hotel. Siempre les insistimos en la idea de que estamos al servicio de los demás. Intentamos que el escalón que muchas veces existe entre la formación y el acceso al ámbito laboral sea el menor posible. Incluso con los horarios establecidos se podrían comparar los horarios a una jornada laboral normal: de las nueve de la mañana a las cinco de la tarde, con una hora para comer. Creo que esa parte más práctica y más realista le da un valor añadido a nuestra formación. Es lo que marca la diferencia y lo que motiva al alumnado”.

Cursando segundo, Mesquida y Cardona aún no han podido disfrutar de esas prácticas externas (no remuneradas), pero ambos valoran el componente muy práctico del grado en sus cuatro cursos. “Ya en primero se brinda la posibilidad de estar dentro de un restaurante, con servicio de carta y de bufet; también de estar en la cocina, con distintos servicios y de participar en las mismas instalaciones de banquetes y eventos varios”, destaca Mesquida. Y Cardona dice estar de acuerdo. “Me gustó también el hecho de ya en primero tener ese componente práctico. En segundo, me están gustando mucho las asignaturas relacionadas con recepción. Disponemos de programas informáticos que nos permiten saber cómo funciona todo”, afirma.

En términos de futuro inmediato, Cardona se ver trabajando como “directora de alojamientos. Ésa es mi primera idea, pero quizá cuando llegue el momento pueda cambiar de opinión. Nuestro grado es muy versátil en este sentido, y no me cierro a nada”. Por su parte, su compañero Mesquida se ve más “en la dirección de un hotel que trabajando en cocina, pero aún tengo tiempo para decidirlo”.

Una de las grandes encrucijadas que vive el sector en los últimos años es la falta de mano de obra cualificada. En este orden, la directora, el docente y el alumnado valoran este hecho desde su propio prisma. “El de la hostelería -arguye Llompart- es un trabajo que tiene que ser necesariamente vocacional. Si no te gusta, lo mejor es buscarse otra cosa, porque de lo contrario ya nos limitamos mucho. No todas las personas tendrán las características para trabajar en un restaurante o un hotel”.

Martínez expone que “un porcentaje altísimo de personas que trabaja en hostelería en las Islas proceden de la península, y ese personal se encuentra con que el hecho de trabajar sólo unos meses no les da la seguridad que buscan. Por otra parte, sufren el problema de los alquileres, cuya subida de los últimos años ha sido una barbaridad. Con todo el personal que formamos cada año, aquí no alcanzamos para cubrir todos los puestos de trabajo que demanda el sector en las Islas”.

Cardona sabe de las singularidades del sector y de su empleo. “Sabemos del sacrificio que supone este mundillo, y, por tanto, te tiene que gustar lo suficiente como para poder dedicarte al mismo”, subraya. Finalmente, Mesquida ve la pandemia como punto de inflexión en ese terreno. “Entonces, mucha gente decidió cambiar de sector y buscar otro trabajo. A pesar de que los sueldos no son bajos, hay que considerar si no se alarga la temporada, quizá sólo trabajarás seis o siete meses”.

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A lo largo de casi tres décadas dedicándose a la formación de profesionales para el sector, la Escuela de Hostelería de les Illes Balears, constituida en 1995, ha visto cómo en sus instalaciones, se han formado reputados profesionales del mundo hotelero y de la restauración. 

En este sentido, la directora, Maria Llompart, recuerda que “el pasado 19 de marzo celebramos el Job Day, y me quedé admirada al observar que muchos profesionales que venían en representación de cadenas hoteleras potentes eran antiguos alumnos de la Escuela. También tuvimos una charla de un exalumno de la EHIB que actualmente regenta un restaurante con Estrella Michelín”. 

A propósito de este ansiado distintivo en el muno de la restauración el profesor Marcos Martínez afirma con rotundidad y orgullo: “Si no todos, casi todos los cocineros que tienen estrellas Michelín en Baleares se han formado aquí. Es un orgullo por una parte y por otra nos indica que vamos en la línea correcta en nuestra formación. Con todo, tenemos muy claro que siempre hay que buscar mejoras, adaptarse y modernizarse”. 

Por otra parte, el propio Martínez explica que desde la Escuela de Hotelería de les Illes Balears “no sólo se firman convenios con hoteles. Después de casi 30 años de formación, el vínculo con la restauración de las Islas es muy grande., incluso llega a lo personal. De esa manera, tenemos un contacto muy fluido con las empresas. Nos llaman, nos solicitan determinados perfiles e intentamos satisfacer sus necesidades”. 

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