Horizontes

Hormort: crecimiento sostenido y sostenible

La empresa de Marratxí adquirió Llucbeton en 2023, con lo cual dispone de centros de fabricación de hormigón también en Lloseta y Porreres. La apuesta por la sostenibilidad es una de las banderas de la compañía

Cecilia Fernández, Rafael Ramis y Antoni Florit, en la planta de Marratxí

Cecilia Fernández, Rafael Ramis y Antoni Florit, en la planta de Marratxí / Guillem Bosch

Universitat de les Illes Balears (UIB), Port Adriano, Puerto de Alcudia, Bon Sosec, incineradora de Son Reus, túnel del paso de bomberos de Son Sant Joan… ¿Qué tienen en común todos estos enclaves? Cada uno de ellos está cimentado (nunca mejor dicho) por la empresa Hormort, suministradora de hormigón para todo tipo de obras, sean públicas o privadas, grandes o pequeñas. Con sede central en Marratxí, la compañía mallorquina, junto a grandes infraestructuras de carácter público, también ha jugado su papel fundamental en la construcción de obras residenciales de gran envergadura.

«Servimos a todo el mundo, sea un particular, un empresario privado o al sector público. Atendemos con la misma atención y profesionalidad a un particular para un metro cúbico de hormigón que a una empresa para una gran obra», afirma en primera instancia Antoni Florit, director de Producción de la compañía.

En su opinión, ésta es una de las características diferenciales y definitorias de Hormort. Pero hay otras. «Estar a las duras y a las maduras es una de nuestras premisas, un hecho importantísimo para nosotros. A lo largo de nuestra trayectoria, hemos pasado tres grandes crisis, siendo la última la crisis financiera de 2008. No incluimos la pandemia, que afectó a la construcción en menor medida que a otros sectores. En la construcción dejó de trabajarse únicamente unas semanas. De hecho, 2020 fue un buen año para la empresa. El caso es que siempre hemos estado ahí, al servicio del cliente», añade.

Otro componente que distingue a Hormort, según sus directivos, es el carácter polifacético de su personal. «En la actualidad -asegura Cecilia Fernández, gerente-, integramos la empresa unos 30 profesionales, entre personal de administración, de planta y transportistas. Aquí todos hacemos de todo, para atender debidamente la demanda cuando ésta se produce. El 90% de la plantilla es polifacética, y éste -sin ninguna duda- es un valor añadido importante para nosotros. Somos una piña. Ésa es una gran diferencia que establecemos en comparación con, por ejemplo, empresas multinacionales».

Cabe indicar, en todo caso, que hablamos de un sector (en lo que se refiere a fabricación, transporte y bombeo de hormigón) totalmente masculinizado.

Uno de los problemas con los que se encuentra la empresa en los últimos tiempos es el referido a la dificultad para encontrar mano de obra cualificada. «Echamos de menos actitud positiva e ilusión en las personas por aprender. En nuestra plantilla, apenas hay trabajadores menores de 40 años. Esa dificultad por encontrar mano de obra se da todos los sectores, por lo que me consta», asevera Florit.

Hormort es una empresa familiar mallorquina constituida en 1988. La familia Ramis Crespí inicialmente la estableció como empresa de transporte de camiones para posteriormente dedicarse también a la producción de hormigón para grandes obras a través de plantas móviles y en la inicial planta fija de Sineu.

Desde los años 90, en el polígono de Marratxí

A finales de los años noventa, se estableció el punto de fabricación de hormigón en el polígono de Marratxí, que a día de hoy sigue siendo la central de la compañía, en un solar de 4.000 m2. «El año pasado adquirimos la empresa Llucbeton, con lo cual en la actualidad disponemos también de los centros de fabricación de Lloseta y Porreres -refiere Rafael Ramis, director de Proyectos-. De esta forma, podemos abastecer a la práctica totalidad de la isla y reducir de manera importante las emisiones de CO2, porque según dónde esté el servicio se suministra desde una planta u otra».

En las instalaciones de Marratxí, hay tres plantas de fabricación. «Con menos metros, se tiene más capacidad de producción. Un hecho destacado es que el stock está en el aire, no toca la superficie. También hay que destacar que contamos con cuatro bocas de carga; es decir, que pueden cargar cuatro camiones al unísono», destaca Fernández.

A efectos de ganar en eficiencia y eficacia en el servicio de la empresa, la sala de control fue objeto de una importante modernización en 2023. «Actualmente, nos permite obtener información en tiempo real de cada línea de fabricación, incluidas las de Lloseta y Porreres. Además, el sistema GPS para los camiones nos permite saber en todo momento la ubicación de los mismos y si están o no descargando el hormigón, así como el tiempo que el vehículo permanece en la obra», explica Florit. «Esta logística permite optimizar las combinaciones de suministros de los distintos camiones a las obras. El objetivo final es que el cliente tenga el material a la hora acordada», enfatiza Fernández.

En cuanto a flota, Hormort dispone de 20 camiones hormigonera y de tres unidades de bombas de hormigón, de 35 a 47 metros de pluma (o brazo extensible del camión) para poder depositar el material en obras de gran altura.

Cecilia Fernández, Rafael Ramis y Antoni Florit, en la planta de Marratxí.

Cecilia Fernández, Rafael Ramis y Antoni Florit, en la planta de Marratxí. / Guillem Bosch

La materia prima del hormigón

La materia prima para la fabricación del hormigón se compone de áridos (obtenidos de canteras de Mallorca), cemento, aditivos y agua. La mezcla de los distintos materiales se lleva a cabo en la hormigonera del camión en un tiempo estimado de siete minutos. «En Hormort tenemos hasta cinco modelos distintos de camión, con capacidades comprendidas entre los cuatro y los diez metros cúbicos», subraya Ramis.

La planta de Marratxí, que dispone de un stock de 700 toneladas de cemento, está capacitada y habilitada para producir 1.500 metros cúbicos de hormigón diarios. «Estamos muy focalizados -destaca Ramis - en la producción sostenible, como apuesta propia. Y Florit anticipa: «Como empresa mallorquina, sabemos que el árido en la isla llegará a ser un bien escaso; ya la mayoría de canteras se encuentran protegidas. De ahí que ya en su momento -hace años- optáramos por el reciclaje de hormigón».

En este capítulo, desde la propia compañía destacan su firme y largo compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad, a pesar de que -como advierte Florit- «nuestro sector y el de la construcción en general siempre hemos sido observados con mala cara en este sentido. Nosotros producimos el hormigón que se necesita, y tenemos una planta de hormigón con residuo cero, aunque a muchas personas les cueste creerlo».

Abundando en el logro del ‘residuo cero’, Florit explica cómo se logra en Hormort. «Normalmente, tenemos un porcentaje de residuos de fabricación de entre un 6% y un 8%, que puede derivarse de una pequeña cantidad de hormigón que devuelve el cliente; ese hormigón es tratado en la planta y, en un breve espacio de tiempo, podemos volver a emplearlo. Por tanto, conseguimos residuo cero y nuevo hormigón reutilizable como no estructural (es decir, en soleras, rellenos o limpiezas). Éste es el HNE (Hormigón No Estructural). También, entre los principales, servimos el hormigón armado (HA) y el hormigón en masa (HM)».

En términos de sostenibilidad y de reciclaje, es importante también la limpieza a fondo que se lleva a cabo en la empresa de los camiones y la recuperación del agua usada para ello. Gracias a una balsas de decantación, el agua utilizada para ese fin puede volverse a usar en su totalidad. Aseguran desde la compaía que hace unos años para la limpieza de un camión se empleaban 300 litros de agua, de modo que para la limpieza de diez vehículos se invertían (entonces sin retorno) 3.000 litros diarios de agua.

«Sin duda alguna, motiva ver que uno contribuye a la sostenibilidad del entorno», resume Florit.

«Hormort ahora mismo es empresa líder en sostenibilidad, economía circular y residuo cero. En este sentido, este mismo año hemos sido reconocidos por la CAEB como empresa circular», refiere Fernández.

Igualmente, en el año 2020 la empresa mallorquina fue distingida con el premio de la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (ANEFHOP) en materia de sostenibilidad. A la adquisición de Llucbeton y a la modernización de la sala de control en 2023, el pasado año fue también importante para la empresa por cuanto llevó a cabo una planta fotovoltaica para la fabricación del hormigón a través de autoconsumo.

Así, resume Florit, «en términos de medio ambiente, en la empresa contamos con todos los distintivos, la ISO 14001 por ejemplo, entre muchos otros. En pocas palabras, somos verdes y sostenibles».

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El nivel de actividad del sector de la construcción se puede medir o calibrar desde distintos parámetros. Uno de ellos, sin ninguna duda, es el volumen de hormigón producido al año. 

Algo saben de ello en Hormort, puesto que llevan 35 años cimentando obras en Mallorca (también alguna fuera de la isla a lo largo de su trayectoria). Así, el director de Producción de la empresa, Antoni Florit, señala que «en una obra convencional, el 20% del coste corresponde al hormigón o estructura». 

Dicho esto, el propio Florit refiere -sin dar cifras- que el nivel de actividad de la empresa es, a día de hoy, “satisfactorio» . Y explica: “Sin llevar el ritmo brutal de antes de la crisis de 2008, podemos considerar que la construcción está en un buen momento y, por tanto, la empresa también». 

Fijando la mirada y el análisis en el boom inmobiliario anterior a la citada crisis, Florit tiene claro que “no hemos vuelto a ese nivel de actividad, que, por otra parte, era impensable». Su valoración va más allá, y es muy contundente: «Si hubiéramos seguido con ese volumen de trabajo, no hubiera quedado en Mallorca espacio en el que depositar hormigón». 

Por otra parte, el director de Producción de Hormort indica que en la actualidad hay mucho más control y exigencia que antaño, cuando ni la propia normativa no podía seguir el nivel de actividad. «En los últimos años, uno de los parámetros primordiales contemplados en la normativa estatal es la durabilidad de la estructura, para que ésta se mantenga en buen estado muchos más años».

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