Préstame atención

Susana Martínez

Susana Martínez

Quizás esta se haya convertido en una frase más que recurrente en nuestra vida, sobre todo para los que educamos o interactuamos con niños, o para los que recordamos como nuestros progenitores nos pedían que estuviésemos atentos a lo que iban a decir, porque era muy importante y no podíamos perder detalle de lo que nos estaban contando.

Si analizamos bien los dos términos de la frase, estamos hablando de un verbo cómo el prestar, que no tiene más que un significado de entregar algo a alguien para que lo utilice durante un tiempo y que después lo restituya o lo devuelva, y de atención, un sustantivo que nos indica la capacidad que tenemos de concentrarnos en estímulos relevantes… Cuando alguien nos dice “Préstame atención” no está más que pidiéndonos que le regalemos un poco de tiempo para centrarnos en él.

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste o dijiste esto? ¿Por favor, “préstame atención”? Con vuestros hijos, con vuestros padres, con nuestros equipos… en un establecimiento que entrasteis a comprar algo, o directamente nosotros mismos, con nuestros clientes… Es habitual que nuestro día pongamos a funcionar el piloto automático y nos dejemos llevar por procesos automatizados, es decir, no somos nosotros los que somos dueños de nuestras reacciones, sino que nos gobiernan estímulos o condicionamientos según lo aprendido, nos gobiernan recuerdos y experiencias almacenadas en nuestro cerebro, cómo si solo hubiese una forma de hacerlo. Nos pasamos una gran parte de nuestra vida con el piloto automático, hay estudios que nos dicen que más de un 50% de nuestro tiempo estamos en este estado… vamos, que no estamos presentes, ¿¡Increíble no!?

En un contexto donde cada vez más la Inteligencia Artificial cobra más fuerza, y en un sector donde las personas son lo más importante, en un entorno donde nos cuesta retener a los profesionales que tenemos y nos cuesta atraer a profesionales para convencerles de que trabajamos en el negocio de la Felicidad, el de hacer felices a los clientes, llevamos tiempo trabajando con las empresas para situar al cliente en el centro, pudiendo referirnos a ese cliente puede como el externo, el que llega a nuestra casa y recibimos o el cliente interno, con el que colaboramos día a día, y que cada vez nos cuesta más retener, por eso está claro que prestar atención se ha convertido en algo sumamente importante y relevante.

Prestar atención no es más que filtrar todo aquello que produce ruido a nuestro alrededor para centrarnos en aquello que verdaderamente es importante, la atención nos permite ralentizar el tiempo para entender, atender, observar, escuchar y reaccionar si perder un solo detalle de lo que realmente es importante y atenuando las distracciones.

Prestar atención a nuestros clientes no es más que hacerle sentir que estamos conectando con él, atendiendo y entendiendo sus necesidades, observando de forma cauta y atenta lo que está viviendo y cómo lo está viviendo, escucharlo atentamente y reaccionar en consecuencia para que sienta que somos capaces de adaptarnos a él eliminando el piloto automático y formando parte de su experiencia…

Recuerda que la vida, tu vida es aquello a lo que le prestas atención, el resto es ruido.