Rugby

El Toro cierra la fase de permanencia con el peligro del play-out en el horizonte

El quince mallorquín recibe en Son Caliu al Hospitalet en la última jornada de la División de Honor B

El Toro está pendiente de ascensos y descensos para evitar la promoción

El Toro está pendiente de ascensos y descensos para evitar la promoción / T. Tenerife

El Toro Rugby Club cierra este domingo (12:00 horas) en Son Caliu la segunda fase (la de la permanencia) en la División de Honor B con la visita del Hospitalet. Ello no quiere decir que acabe aquí la competición, ya que aún podría tener que jugar un play-out o promoción de permanencia con el tercer clasificado de la segunda regional catalana, que en estos momentos es el Químic de Barcelona.

Para evitar la promoción y sellar la permanencia, El Toro está pendiente de otros equipos. Por un lado, que La Vila ascienda a la División de Honor, por lo que ya no habría necesidad de una promoción. Y si no lo hace, que o bien el Barcelona o bien Les Abelles no desciendan; si ninguno baja, tampoco haría falta el play-out.

El hecho de que esta temporada no haya descensos directos al tener el grupo B un equipo menos que en el ejercicio anterior le da al quince mallorquín una nueva oportunidad de arreglar en una previsible promoción, frente a un rival a priori inferior, una temporada nefasta en lo que a marcadores se refiere.

Y es que sumando primera y segunda fase, El Toro cerrará en el mejor de los casos (si gana al Hospitalet) la temporada regular con un balance negativo de 4 triunfos y un empate para un total de 14 partidos jugados). Después del CEU Barcelona (colistas) son los que menos puntos anotan, con un promedio de 18 por partido y los que más encajan (con un décifit de 32 por confrontación). Y pese a este escaso caudal estadístico, el equipo que ahora dirige Víctor Dengra tiene en su mano salvar la categoría que tanto costó adquirir en su momento, y así darle la vuelta al calcetín de lo que ha sido una campaña para olvidar.

Carencias en el equipo

Con independencia de la ya manida fuga de ‘talentos’ que se produjo el pasado verano más las lesiones y las ocupaciones laborales de buena parte del plantel (provocando una pretemporada irregular), la realidad del grupo ‘taurino’ pasa por el mal endémico que desde hace tiempo azota al rugby balear en general y a El Toro en particular: la falta de delanteros de envergadura y peso. Un factor (el de los kilos y centímetros) que en el deporte del balón ovalado es capital pese a que talento hay, y mucho, en la línea de tres cuartos. Pero, ello no basta a día de hoy.

El ‘espíritu amateur’ con el que funciona El Toro, y que tantos elogios recibe desde el exterior, choca con la realidad de una competición –la de División de Honor B– cada vez más exigente y en la que los rivales del club mallorquín se refuerzan incluso con jugadores extranjeros mientras que en El Toro tienen que tirar con lo que tienen o lo que llegue al club. No se pagan fichajes, no hay dinero para ello, y la propia filosofía de la entidad no lo permite. De esta forma, la permanencia es cada temporada todo un reto para los calvianers que, pase lo que pase, no modificarán su particular hoja de ruta.