España 'marcha' tercera en el medallero, pero... ¿es la realidad?

Los cuatro oros de la marcha mantienen a España por detrás de EE.UU. y de Canadá a falta del domingo

A falta de los 5.000 de este domingo sobre todo con Katir, la pista no ha dado ningún metal a España

La marcha es el gran impulso de España en estos Mundiales

La marcha es el gran impulso de España en estos Mundiales / EFE

David Rubio

La magnífica cuarta plaza de Adri Ben en una final de 800 metros es la mejor hasta el momento de la delegación española en el National Athletics Centre y convierte a Mohamed Katir en la última esperanza española de sumar una medalla en el National Athletics Centre.

Pese a ello, a falta del último día de competición España ocupa una histórica tercera plaza del medallero gracias a los cuatro oros de la marcha atlética (dos para Álvaro Martín y dos para María Pérez).

La marcha, esa especialidad que despreció un Sebastian Coe al que le faltó tiempo ayer para sostener la cinta a la llegada de la etíope Amane Berisho Shankule como ganadora de la maratón femenina. De hecho, era segunda hasta que la superó Canadá este sábado con los oros de Marco Arop (800) y Pierce LePage (decatlón) más la plata de Sarah Mitton (peso).

Con la disciplina más exitosa de la historia para el atletismo español pendiendo de un hilo por los deseos del Comité Olímpico Internacional con la connivencia de World Athletics, la otra realidad es que España tan solo lleva cuatro medallas en los últimos 12 años en unos Mundiales al aire libre, desde el bronce de la catalana Natalia Rodríguez en los 1.500 metros de Daegu’11.

Una notable Fátima Diamé fue sexta en longitud

Una notable Fátima Diamé fue sexta en longitud / EFE

Lo lograron la jefa de la delegación del equipo Ruth Beitia (plata en altura en Moscú’13), el hispanocubano Orlando Ortega (bronce en 110 vallas en Doha’19), el hispanomarroquí Mohamed Katir (bronce en 1.500 en Eugene’22) y el ausente en la actual cita Asier Martínez (bronce en 110 vallas en Eugene’22). Las otras dos llegaron en la marcha con el murciano Miguel Ángel López en 20 km como doble protagonista (oro en Pekín’15 y plata en Moscú’13).

A la vista de estas cifras, se antojan dos lecturas. De una parte, la situación de la marcha no permite ponerse de perfil y resultaría inconcebible todo lo que no sea una firme defensa de la especialidad sin ambages desde la RFEA (Raúl Chapado acaba de ser elegido vicepresidente de World Athletics). Es como si Noruega no defendiese el esquí de fondo o el biatlón. O Canadá el hockey hielo. O Italia la esgrima.

Ben se quedó a ocho centésimas del bronce en 800

Ben se quedó a ocho centésimas del bronce en 800 / EFE

El otro es que aunque España termine tercera en el medallero de los Mundiales, no es el segundo mejor atletismo del planeta. De hecho, en la tabla de posiciones baja hasta la séptima plaza sin olvidar que de sus 48 puntos nada más y nada menos que 36 proceden de la marcha (ocho de cada oro más los cuatro de Cristina Montesinos con su quinta posición en 35 km).

A falta de que Katir componga su mejor poesía en la final de 5.000 ante Ingebrigtsen y la ‘armada etíope’ con Aregawi, Kejelcha y Gebrhiwet, la pista ha deparado la sexta plaza de Fátima Diamé y la octava de Tessy Ebosele en longitud, la sexta de Mario García Romo en 1.500 y la ya citada cuarta de Adri Ben en 800. Ese es el bagaje español en la pista a orillas del Danubio.