Entrevista | Entrevista Regatista transoceánico

Hugo Ramón: «Si te falla la cabeza en el mar estás muerto porque no hay manera de volver a ser positivo»

El regatista mallorquín volverá a participar en 2025 en la Mini Transat 650, veinte años años después de su primera competición y por cuarta vez en su vida

Hugo Ramón posa en el Real Club Náutico de Palma

Hugo Ramón posa en el Real Club Náutico de Palma / Cristòfol Capó

Cristòfol Capó

Hugo Ramón (Palma, 1985) se está preparando a conciencia para volver a participar en 2025 en la Mini Transat, justo veinte años después de su primera vez en una de las pruebas más duras del mundo. Consiste en cruzar el océano Atlántico en solitario en una embarcación de 6,50 metros sin comunicación ni asistencia exterior. El mallorquín puede presumir de ser el único español que ha realizado tres travesías transatlánticas en solitario, en 2005, 2007 y 2009, pero todavía quiere más. La Mini Transat se inicia en Les Sables d’Olonne, en Francia, hasta las Islas Canarias, donde harán una parada, y después hasta Guadalupe en el Caribe. Son más 4.000 millas de una gran aventura.

¿Qué puede aprender que no haya hecho en otras ocasiones?

 La vela es mucha teórica y matemáticas. Cuando uno tiene 23 o 24 años no las tiene todas consigo mismo porque ha tenido menos experiencia en este tipo de embarcaciones. El propio diseño del barco ha cambiado. Quería experimentar la nueva sensación de los nuevos barcos. Ahora las proas son totalmente redondas y nada puntiagudas como lo eran antes. Este tiempo estoy volviendo a aprender una parte que no sabía, evolucionando. Al final lo que me motiva es seguir aprendiendo, quiero morir con sabiduría y, cuanta más, mucho mejor. Es una manera de mantener mi cabeza despierta.

¿Cuál es la sensación de adentrarse solo en el mar durante unos veinte días?

 Puede ser un estigma que se aprende desde pequeño, pero lo consigues con los años y la práctica. Pero si me preguntas hace quince años no te hubiera respondido lo mismo. Iba más a mi bola, me hacía menos preguntas, ahora con la experiencia de tantos años dudo mucho más. Soy sobreprotector con lo que tengo que hacer, llevar, ahora aquello, ahora lo otro, piensas siete veces más que antes. Por otro lado, afronto mi navegación con mucha más preparación y seguridad. Le tengo mucho más respeto al agua ahora.

«Quiero demostrar a Mallorca que se puede cruzar el Atlántico solo con la ayuda del viento»

¿Qué le motivó después de 12 años para volver a realizar la Mini Transat en 2025?

 Primero de todo llevaba 15 años con ganas de desarrollar un montón de innovaciones en esta regata particular y en la propia navegación que se me estaban quedando en el tintero. Era una llamada que cada vez era más fuerte y en 2025 cumpliré 20 años de mi primera participación y en 2025 con mi 40 aniversario pensé que sería el momento adecuado para volverlo a realizar. Me gustaría volver a demostrar a los mallorquines y a España que se puede cruzar el Atlántico en solitario sin combustibles fósiles, sólo con la ayuda del viento y recargando baterías con el sol y con una ultranza defensa a los derechos de los animales.

¿Qué pesa más el físico o la parte mental de uno mismo?

 Si pudiera darle un porcentaje yo creo que sería un 50% de cada parte. Si te falla la cabeza en el mar estás muerto porque no hay manera de volver a ser positivo, si empiezas con la negatividad no sales de ese bucle. En el físico, lo haré con 40 años, y creo que la experiencia será fundamental para poder competir, aunque existan regatistas que han realizado la prueba con mayor edad. Más que gimnasio, que ya llegará, el tener que levantar pesos y ponerme a tono, el pilates y el yoga son mi prioridad.

Vela. Hugo Ramón saluda desde su barco

Hugo Ramón saluda desde su barco / Jorge Díaz Valderas

¿Hay un tope de edad para realizar esta prueba?

 No hay una edad y precisamente eso es lo más bonito de la vela oceánica porque te encuentras a la primera generación que se quieren comer el mundo y los más mayores, que con el conocimiento de su barco y el sitio, muy importante, y la propia experiencia, pueden hacer que haya emoción en la regata.

¿Fue la mínima obtenida en las 500 millas de Marsella lo que le volvió a dar confianza para presentarse a la Mini Transat?

 Yo ya sabía que estaba preparado después de las últimas regatas. Al hacer tan cerca de ganar la regata Solo Med ya estaba contento. Pero sí es verdad que gracias a esta última vi carencias mías mentales que necesitaban reforzarse. Gracias a mi psicólogo, Miquel Salom, una eminencia internacional en psicología deportiva, pude volver a confiar en mí mismo, y no quiere decir que tengas solo qué ser positivista, porque a veces cambias el rumbo completamente si pierdes, y pensé es mejor seguir y esperar tu momento y así fue.

¿Cómo se prepara psicológicamente una regata así?

 Lo que hago yo son unos objetivos de maestría. Orden, vela correcta, higiene, sueño, alimentación, meteorología y seguridad. Yo cada cierto tiempo decía orden 100%, el barco esta impecable, sueño 10%, alimentación, 30%, debería comer un poco… Pero al final del día, al intentar mantenerlas al cien por cien por una mala decisión o lo que fuese, no tenía que venirme abajo y esperar mi momento. Pensaba que he hecho bien los pasos, y así no perdía la noción de lo que hacía bien y lo que hacía mal. Y al probarlo, en la Massilia Cup me di cuenta que iba por el buen camino. Pero a veces piensas, ¿qué narices estoy haciendo aquí? No soy ningún superhéroe, soy una persona normal.

¿Qué ayuda ha recibido de los Servicios Técnicos Portuarios (STP) y del Real Club Náutico de Palma?

 Por ahora no he recibido compensación económica por construir el barco. Todo son años de esfuerzo y dinero ahorrado y dedicación permanente para construir el mejor barco posible. Lo que sí que me han puesto es en la rampa de salida de la Mini Transat. También tengo que agradecer sin ninguna duda a GRD inox, Decabo Yacht Painting, JJ Covers, Forward Rigging y Lancelin Ropes ya que sin ellos no hubiera podido hacer nada. He podido ser capitán de superyate y vivo gracias a mi trabajo, pero no tengo casa propia, por ejemplo. Mi primera idea era intentar realizar la prueba y construir el barco sin patrocinadores. Pero ahora me he dado cuenta que para la ‘performance’ son necesarios los patrocinios para poder seguir investigando el barco. Cuando hablé con los responsables del STP y el Náutic, es el club de toda mi vida. Ellos me dejan el amarre para que el barco esté en el agua y es de agradecer. Cuando pensé todo esto, supe que tenía el dinero suficiente para estar en la línea de salida.

Vela. Hugo Ramón, durante la entrevista con Diario de Mallorca

Hugo Ramón, durante la entrevista con Diario de Mallorca / Cristòfol Capó

¿La parada en Canarias es obligatoria?

 Las regatas al final son una competición. Han sido los organizadores que han querido que paremos en las islas. Sí que hubo una edición que hicieron de Galicia hacia el Caribe, así que no hay problema en hacer el Atlántico completo. Lo hacen así porque en septiembre pasamos por el Golfo de Vizcaya, y básicamente esperamos en Canarias para que no existan tantos ciclones en el Caribe a nuestra llegada. En septiembre, a finales de verano y principios de otoño es el mejor momento para realizar este tipo de eventos por el propio oleaje y la meteorología.

¿Qué come un regatista durante los 20 días de travesía en un barco?

 Mi caso es un poco particular. Yo soy vegano estricto y se me reducen bastantes alimentos comparados con otros participantes. Lo que comemos son productos liofilizados. Estos son un tipo de alimentos deshidratados que mantienen las propiedades alimenticias como las vitaminas. Hay algunas marcas que se dedican a realizar estos productos. Lo me gustaría hacer es comprar la máquina de liofilización para poder cocinar lo que me guste a mí, pero aún no la he comprado. Mentalmente en el barco es un placer saber que te vas a comer un plato que has cocinado tú.

¿Cuánta agua llevan para beber?

 Es obligatorio llevar un mínimo y un máximo. Básicamente por una sencilla razón. El agua la llevamos en barriles de cinco litros y lo vamos moviendo por todo el barco, es nuestra estabilidad en proa, popa o estribor. Un peso bien colocado suele ser más rápido por tanto nos ayuda a la hora de coger el viento. Más o menos llevamos unos ciento veinte litros, más alguna bebida energética.

«Ahora con la experiencia de tantos años dudo mucho más, le tengo más respeto al agua»

¿Y cuánto dormirá?

 Dependerá más de la climatología. Es recomendable descansar más por la noche por los ritmos circadianos. Lo que sucede es que casi siempre no conocemos el tiempo que hará, creemos que vale más descansar cuando ves que la meteorología acompaña ya que en algún momento todo puede cambiar es cuando hay que estar más a tiempo y te puede pasar por la noche. En la última regata que hice de 4 días descansé unas seis horas. Y quizás se puede extrapolar el resultado a los veinte días que dura la Mini Transat con lo que dormiría unas 30 horas en todo el recorrido, un día y medio quizás. Tampoco podemos atribuir el descanso al buen tiempo, sino quizás al poco viento que hace en cada momento.

¿El barco va sólo con el viento y con baterías solares, que sucede si hay algunos días en los que está todo nublado?

 Es un problema. Realmente estoy pensando en fabricar un hidrogenerador de agua que con la velocidad del barco se vaya recargando y poder alterar las solares con este producto. En estas últimas en las que he ido sólo con las baterías solares, lo pasas mal cuando ves que las baterías te empiezan a bajar cada día un poco más, y nunca lo recargas porque no sale el sol.

¿De dónde le viene la pasión por el mar y el navegar?

 De mi padre. Desde muy pequeño mi padre le encantaba comprarse la revista de navegación francesa ‘Bateaux, voiles et voiliers’ que algunas veces estaba en el quiosco. Tenía un amigo que llevaba años con la idea de comprarse una pequeña barca también y juntos la adquirieron. A partir de allí, empecé a husmear las revistas de padre y aprendí a leer francés gracias a ellas. Javier Estarellas, un amigo mío, tenía el encargo de construir una mini y ya empecé dentro del mundo de la vela.

Vela. Hugo Ramón, navegando por la Bahía de Palma

Hugo Ramón, navegando por la Bahía de Palma / Jorge Díaz Valderas

¿Cuál sería tu mayor fortaleza y debilidad en este reto?

 Sin ninguna duda tener experiencia en este tipo de retos te ayuda a calmarte en muchos momentos donde la juventud, y yo mismo lo he experimentado, es mucho más atrevida y quizás cometes algún error, que es lo habitual. Y precisamente la debilidad serían mis dudas. Ahora me cuestiono muchas preguntas y quiero siempre buscar el máximo nivel en todo. He aprendido también a dudar hasta aquí, pero hay que tomar siempre una decisión, y en medio del océano cuesta mucho más tomarlas.

 Tu barco se llama VerdHugo, ¿Por qué le puso este nombre?

Cuando era joven y realicé mi primer Optimist. Y desde muy pequeño tenía claro que me quería comprar uno. El Optimist me costó unos 400 euros y era de color verde. Y cómo me llamo Hugo pensé en ponerle VerdHugo. He mantenido siempre este nombre en todos mis barcos, y este, no iba a ser menos.

¿A qué le teme Hugo Ramón en esta aventura?

 Al propio Hugo Ramón (riéndose). Podrás coger una buena racha de viento, tendrás que esperar, pero, al fin y al cabo, eres tú mismo dentro de un espacio de 5 metros al que tienes que dar vida y si tu mente te falla antes que el físico, es muy complicado seguir adelante.

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