Musical crítica

Un musical hecho a medida

El elenco de 'El tiempo entre costuras'.

El elenco de 'El tiempo entre costuras'.

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

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  • Auditòrium de Palma.

Empezaré confesando que no he leído la novela ni he visto la serie que sobre ella se pasó por televisión, ambas de mucho éxito. Para mí, a diferencia de la mayoría de los asistentes a la sesión del pasado viernes por la tarde, la trama del musical El tiempo entre costuras era totalmente desconocida, sabía que el espectáculo estaba basado en obras anteriores y poco más. Así que he de añadir el factor sorpresa, a los artísticos, que no son pocos.

Imagino que la historia original que escribió María Dueñas está llena de detalles y situaciones que, si bien pueden incluirse en una serie de muchos capítulos, deben pasarse por alto en una obra teatral de poco más de dos horas. Pero aún así, el argumento se sostiene, está muy bien tramado y convence a un espectador que no sabe nada de las aventuras de la protagonista, Sira Quiroga, que, de trabajar en un taller en Madrid, pasa a trabajar como espía en Lisboa, pasando por diferentes engaños, emocionales y económicos. Por tanto, notable alto a los que han concentrado la historia para la escena.

Otro notable a los escenógrafos, pues el escenario, con algunos elementos fijos y otros, la mayoría, móviles, puede mostrar no solamente diferentes salones y espacios, sino incluso diferentes culturas y países. Enhorabuena a los responsables de esa escenografía práctica, a veces realista y otras intuida.

Muy bien la iluminación y el vestuario, cosa que no debe extrañar tratándose de una historia que gira en torno a una modista.

La música sigue claramente las normas, no escritas, que rigen todo musical: canciones en solitario, unas tristes y otras más alegres, dúos de amor y venganza, elementos un tanto cómicos alternando con los dramáticos, finales corales… Un musical en toda regla, vamos.

Las voces, todas con muy buena dicción y musicalidad, aunque es obligado destacar las de Teresa Alba como Candelaria, con una enorme gracia sobre el escenario, y Noemí Mazo como Dolores, que resolvió sus intervenciones dramáticas todas ellas con mucha soltura y convencimiento.

En definitiva, un musical hecho a medida a partir de una obra interesante y que huye del prêt à porter que la moda actual fomenta.

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