La Capella Mallorquina llena de cánticos la iglesia de Santa Eulàlia de Palma

La Festa de la Sibil·la fue interpretada en esta 58 edición por el pequeño Adrià Sánchez, de ocho años, que representó a la profetisa

El solista Adrià Sánchez durante su estreno en la iglesia de Santa Eulàlia. | GUILLEM BOSCH

El solista Adrià Sánchez durante su estreno en la iglesia de Santa Eulàlia. | GUILLEM BOSCH / r.g. palma

Raquel Galán

Raquel Galán

Una de las citas obligadas de la tradición navideña en la isla es el concierto de la Sibil·la durante la Nochebuena, aunque quienes no pudieron asistir el 24 tuvieron la oportunidad de hacerlo este martes, día de Sant Esteve, gracias a la Capella Mallorquina, que lleva 58 años representando en la iglesia de Santa Eulàlia el cántico medieval de la profetisa de Eritrea. En esta ocasión, Adrià Sánchez, de ocho años, ha sido el encargado de interpretar el canto con la espada en alto. Declarado en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el drama litúrgico se ha popularizado en la última década, pero la Festa de la Sibil·la de esta agrupación nació cuando se fundó hace más de medio siglo debido a que su director, Bernat Julià, conocía bien «la importancia musicológica y cultural de conservar esta tradición».

Los asistentes al concierto de la Capella Mallorquina. | G. BOSCH

Los asistentes al concierto de la Capella Mallorquina. | G. BOSCH / r.g. palma

La primera parte del concierto, que simbolizaba el Adviento, se centró en «las antiguas cantinelas medievales de acuerdo con la norma introducida por el obispo Vich i Manrique el 24 de diciembre de 1575», tal como explicó el actual director de la Capella, José María Moreno.

'El jorn del judici'

La escenificación en torno a la figura de la Sibil·la llegó durante la segunda parte del concierto y los cánticos se fueron alternando con los interludios de El jorn del Judici del Cantoral del convento de la Concepció, el mismo tema pero compuesto por Bartolomé Cáceres y Entre Ave et Eva, de las Cantigas Alfonso X el Sabio.

Tras finalizar, comenzaron a repicar las campanas, la iglesia se iluminó y sonó la trompetería del órgano simbolizando así el fin del Antiguo Testamento y la llegada del Mesías la noche de Navidad. La Capella Mallorquina puso el broche con villancicos y culminó un concierto solidario patrocinado por la Fundació Barceló.