Entrevista

Miquel Ferrer, presidente del Gremi de Llibreters de Mallorca: «Debemos luchar contra los clics, las grandes superficies y las plataformas»

«Los lectores han comprobado que la experiencia de un ejemplar en papel frente al digital es insustituible»

«Joana Marcús ha demostrado que los jóvenes leen y compran libros, aunque empiezan de otra forma»

Miquel Ferrer, nuevo presidente del Gremi de Llibreters de Mallorca: "Debemos luchar contra los clics, las grandes superficies y las plataformas"

Manu Mielniezuk

Raquel Galán

Raquel Galán

Miquel Ferrer, al frente de la librería Rata Corner, es el nuevo presidente del Gremi de Llibreters de Mallorca. Ha sido elegido por unanimidad tras la dimisión del anterior responsable, Àlex Volney, y después de que quedase desierta la primera convocatoria de elecciones del Gremi.

¿Es un cargo obligado?

No es obligado, aunque como en la primera convocatoria nadie dio el paso de presentarse, las seis librerías que formamos la nueva junta del Gremi decidimos tirar adelante para evitar una situación delicada. La tercera iba a ser por sorteo, pero podría haber salido una junta sin ilusión y eso no es bueno. Será un trabajo horizontal y grupal, ya que una sola persona no puede con todo.

¿Por qué le eligieron?

Porque nadie más quería estar delante. Lo importante es que la junta está formada por librerías independientes, es decir, que no forman parte de grandes grupos empresariales. Además, somos una muestra de la diversidad de librerías existentes, desde la más antigua hasta la más reciente, y de varias generaciones de libreros. Pensamos que con esta mezcla podemos innovar teniendo muy en cuenta toda la trayectoria y la experiencia de los veteranos.

La nueva junta: Aldana Areco, Miquel Ferrer, Laia Alegret, Miquela Serra, Xesc Sanchís y Marian Colom

La nueva junta: Aldana Areco, Miquel Ferrer, Laia Alegret, Miquela Serra, Xesc Sanchís y Marian Colom / Gremi de Llibreters

Un motivo de la dimisión de Àlex Volney fue la necesidad de «otros niveles de implicación por parte de los agremiados» ante los nuevos retos del sector. ¿Hay poca implicación?

Es difícil implicarse, porque cada uno tiene su negocio, con toda la responsabilidad que esto conlleva. Nos volcamos en citas concretas, como Sant Jordi o la Fira del Llibre. Desde la nueva junta intentaremos motivar a los agremiados para que se sientan escuchados y hagan un esfuerzo en implicarse todo el año. Al fin y al cabo el Gremi trabaja por el bien común de las 30 librerías que lo formamos.

¿A qué retos se enfrentan?

Los principales son dos. Uno lo compartimos con el resto del pequeño comercio: que la gente se acerque a las librerías y no compre con un clic desde casa, como la lucha contra las grandes superficies. Las librerías hacemos un gran esfuerzo para ofrecer un trato personalizado y trabajar con el barrio. Y el otro reto es que la gente lea, que a pesar de todas las plataformas que hay con series y películas, cuando llegue a casa decida coger un libro. Por eso queremos trabajar con escritores, ilustradores, editores... debido a que si tenemos un sector del libro fuerte, también tendremos unas librerías fuertes.

Sant Jordi siempre tiene un gran éxito pero ¿pasa lo mismo con la posterior Fira del Llibre y la Setmana del Llibre en Català?

Sant Jordi ha cogido cada vez más fuerza y es una cita obligada. Sin embargo, se come un poco la Fira del Llibre en el Born, que es solo un mes después, por lo que creemos que hay que mejorarla para hacerla más atractiva. Con la nueva junta trabajaremos en ello para que vuelva a coger la fuerza que tenía antiguamente. Sobre la Setmana del Llibre en Català, ahora se celebra en septiembre, justo después de la catalana, y se beneficia de su tirón. De todos modos, nos gustaría que no solo se nos asociase a estas tres citas, sino que el Gremi estuviese más presente en la vida cultural de Mallorca durante todo el año y trabajaremos para ello.

Parecía que el libro digital iba a acabar con el de papel y no ha sido así. ¿Qué razones hay?

Los lectores han comprobado que la experiencia de un libro en papel es insustituible. El digital simplemente se ha convertido en un nuevo formato para un lector muy asiduo, como los libros de bolsillo, pero es un porcentaje muy pequeño. La tecnología sí que ha acabado con los libros mucho más técnicos, como por ejemplo los universitarios, y con las enciclopedias.

¿La tendencia de los jóvenes de leer en plataformas y después comprar en papel los libros que les gustan se da en adultos?

No mucho, pero sí ocurre otra cosa que también demuestra que el papel sigue teniendo mayor prestigio. Cuando un escritor desconocido autoedita su libro y vende mucho en Amazon, luego llegan las editoriales y le fichan para sacarlo en papel. Le ocurrió a Javier Castillo y ahora es uno de los autores que más venden.

¿Cómo ve el fenómeno de la mallorquina Joana Marcús?

Lo que ha logrado a través de la plataforma Wattpad y después en papel es realmente positivo. Ha demostrado que los jóvenes leen y compran libros. Empiezan haciéndolo de otra forma, con esta especie de red social donde comparten sus opiniones. Tal vez sin esa parte más en comunidad, el fenómeno no hubiese sido tan impactante, aunque si aumenta la lectura bienvenido sea.

En dos años se han abierto en Palma dos librerías de nuevos ejemplares, La Salina y Pròpia, y una de libros usados, Re-Read. ¿A qué se debe?

Muchos escritores que vienen a Palma nos comentan que es una ciudad con bastantes librerías y muy vivas. Algunas han cerrado, pero en los últimos años se han abierto otras. Cada una busca su público, como la ubicada en el barrio de Santa Catalina, donde no había ninguna, o Pròpia, que solo tiene libros de autoras.

Muchas se han convertido en auténticos centros culturales. ¿Están supliendo la carencia de iniciativas similares por parte de las administraciones?

Las librerías hemos dado el paso de no ser solo una tienda con recomendaciones de tú a tú, sino convertirnos en un espacio vivo con actividades colectivas para crear una comunidad. Es algo en lo que la administración debería ponerse las pilas, ya que parece que se ha quedado en los cuentacuentos, pese a que tiene capacidad para organizar cosas más actuales y arriesgadas.

El Festival de Literatura Expandida a Magaluf (FLEM), impulsado por usted, tiene el apoyo de la iniciativa privada. ¿Es porque al sector público no se interesó lo suficiente?

Desde luego que no existiría sin la iniciativa privada (Meliá y Rata), aunque el ayuntamiento de Calvià se ha comprometido a implicarse cada vez más. En solo tres ediciones se ha consolidado por completo y se ha convertido en la gran cita literaria de la isla, ahora que ya no está Formentor. Lo que no se entiende es que el Consell no tenga, en su línea de subvenciones de festivales, una para los literarios.

También fue asesor artístico en las fiestas de Sant Sebastià, un cargo que ahora han eliminado. ¿Qué les aconsejaría?

Como las fiestas populares han cogido tanta fuerza, estaría bien repartir los conciertos en otros días y no limitarse a la Revetla.

Suscríbete para seguir leyendo