David Castillo, consultor y escritor: «La gente agradece que el protagonista sea un personaje odiado, porque siempre es el bueno»

David Castillo (Barcelona, 1985) se ha estrenado como escritor con una novela negra, As de Corazones (publicada por Universo de letras), en la que un asesino en serie lleva a periodistas y detectives a seguir sus pasos por París, pero también por Palma. El autor, que fue abogado laboralista, y ahora es consultor fiscal, sitúa la trama en las ciudades que conoce y promete que Ciutat, donde reside la mayor parte del tiempo, junto con Andorra, cobrará mucha más importancia en la segunda entrega. Ya trabaja en ella y también en un libro de no ficción sobre la guerra entre Ucrania y Rusia en el que recaba testimonios de ucranianos y para el que confía en contar con el testimonio del presidente Zelenski.

‘As de Corazones’ tiene un protagonista, un periodista, que resulta odioso: machista, violento, maleducado...

Es un personaje fabricado para ser odiado. Es un poco la denuncia de los males endémicos que tiene la sociedad de hoy en día.

¿Por qué le interesaba presentarnos un personaje así?

Creo que lo que está agradeciendo la gente que conoce el libro, quienes hacen las críticas, es precisamente que el protagonista sea odiado, porque estamos acostumbrados a que el protagonista siempre sea el bueno, el que lo resuelve todo, en el caso del thriller, siempre es el que cumple con la investigación, el que lo saca todo adelante y esto era una forma de hacer el antiprotagonista.

Hay varios personajes, cada uno tiene su momento.

Al final, lo que buscaba la novela era que fuera coral, hay un hilo conductor, como en cualquier thriller, que en este caso son las muertes, la investigación, y luego cada capítulo son las vivencias de cada personaje. Siempre digo que esta novela, si le quitas un personaje, no sería la misma. Está pensada para que todos sean imprescindibles en la trama.

El título de cada capítulo suena a canciones.

Son canciones, sí. Son canciones donde las letras tienen algo que ver con la trama de los capítulos.

¿De dónde le viene ese conocimiento de París? ¿Por qué decide ambientar la novela en esa ciudad?

Viví en París cuatro meses, es una ciudad que he adorado casi desde siempre, donde he reído y he llorado a partes iguales, es como mi lugar en el mundo y siempre pensé que cuando publicara una novela París iba a ser la clave de la trama, y así ha sido. Sobre los escenarios que hay descritos en la novela, también los de Madrid y Palma, muchas veces yo estaba en ese mismo escenario escribiendo el capítulo. Si hay alguien sentado en la puerta del Louvre, estoy describiendo a la persona que estaba viendo.

Aparecen Barcelona, Madrid, Palma...

Son ciudades que forman parte de mi vida, que al final es lo único que hay de mí en el libro, ese espíritu viajero por las ciudades.

Volviendo a los personajes, sus emociones son muy importantes en la novela.

Son muy intensos... para mí era fundamental que el lector pudiera ponerse en la piel de esos personajes. Por eso, hay muchos fragmentos escritos en primera persona.

Es como leer un diario personal.

La idea es que el lector pueda sentirse en ese momento totalmente vinculado con el personaje, de ahí que todos sean tan intensos y que a ninguno lo puedas sacar de la novela, porque si los sacas, una parte de la historia no te va a cuadrar.

Hay un personaje que no es capaz de hablar abiertamente de su homosexualidad.

Que es algo en lo que tristemente todavía viven muchas personas en el 2023.

También hay una pareja de policías que son hermanos. ¿Cómo se le ocurrió?

Son hermanos, además, están inspirados en dos amigos míos que también son hermanos y de hecho se llaman Isabel y Martín en la vida real, no son policías, pero muchos de los rasgos, el diseño del personaje está inspirados en ellos. Son dos personajes que se agregaron cuando ya estaba hecha la mitad del libro precisamente porque la editorial dijo que faltaba un poco de investigación, de tema policiaco...

¿De qué manera se ha documentado para esa parte policial?

Por mi trabajo, estoy muy relacionado, y lo estuve en el pasado, con abogados, con temas de juzgados y ha sido la parte más sencilla porque era el día a día.

¿Por qué se ha lanzado a escribir novela negra?

Porque soy un consumidor del género realmente, no me siento identificado con una novela romántica o de fantasía porque soy consumidor de thriller. Al final, ese gusto personal es lo que me ha llevado a escribir sobre esto.

¿La escritura era algo que tenía pendiente?

Sí, desde pequeño he escrito. A los nueve años gané un concurso literario, de esos que se hacen por Sant Jordi, y a partir de ahí seguí haciendo cuentos, relatos... Colaboro con dos periódicos, escribo artículos en Andorra. Siempre he estado vinculado a esto. Y esta es una novela que dejé en un cajón, un manuscrito de cinco o seis folios hace diez años...

¿De qué manera llega a que le publiquen el libro una editorial como Planeta?

Por pura casualidad, un anuncio en internet. Por el destino, envié el manuscrito a un concurso que hacía el Grupo Planeta, la editorial estuvo interesada. Me pidió ampliar cómo seguiría esa novela, les hice unos folios más explicando cómo yo imaginaba la trama en mi cabeza y a partir de ahí, reunión en Madrid y... todo.

¿Palma es un buen escenario para una novela negra?

Sí, Palma es un buen escenario para todo. El casco antiguo es un lugar ideal, de hecho, uno de los personajes pasea por allí, viene a quedarse en el hotel que hay en el Palacio de Congresos, duerme allí, describe el hotel, toda la zona del Paseo Marítimo. Al final es ambientar el personaje en un paseo que te puede dar para describir cincuenta mil cosas... Hay un párrafo que habla de la Catedral, otro capítulo del casco antiguo, son zonas que dan muchísimo juego.

En la continuación de la novela, ¿volverá a ser París el escenario principal?

Va a ser París y Palma y Andorra van a cobrar mayor protagonismo, Madrid y Barcelona casi van a quedar descartadas y la trama se va a centrar en el eje París-Palma-Andorra.

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