El actor Daniel Brühl: «Quiero dirigir otra película, tal vez en Mallorca»

Está a punto de rodar con Ron Howard Origin of Species, en la que compartirá protagonismo con Ana de Armas, continuará con Sam Mendes en la comedia de HBO La franquicia y acaba de interpretar al diseñador de moda Karl Lagerfeld, «un regalo, ya que es un personaje icónico alemán», un papel que se preparó en la isla. El reconocido actor Daniel Brühl, recién premiado en el Evolution International Film Festival, no sueña con un papel concreto.

«Quiero seguir teniendo el privilegio que siento, estar trabajando y que me ofrezcan proyectos», afirmó este jueves. Aunque añadió un deseo: «Lo único que sé es que quiero dirigir otra película (se estrenó tras la cámara con La puerta de al lado). Ya tengo una idea en mi cabeza y tal vez la voy a rodar en Mallorca», avanzó sobre sus planes.

No quiso adelantar nada más, pero sí sobre otras posibilidades futuras: «Me encantaría trabajar con Ruben Östlund», como dijo un día después de que el cineasta sueco nominado a un Óscar le otorgase el galardón en el Teatre Principal de Palma. Y destacó: «Es un grandísimo director, uno de los más interesantes que tenemos en el mundo, y también le encanta Mallorca». Ambos tienen casa aquí y pasan buena parte del año, aunque en su encuentro durante la gala inaugural charlaron sobre todo del séptimo arte. «Hablamos de en qué secuencias de nuestras películas aún pensamos porque nos gustan mucho».

Papeles que le marcaron

Para Brühl, los papeles más significativos de su trayectoria han sido los de «dos películas muy pequeñas, de estudiantes. Fueron El sonido blanco, con el director con el que luego interpreté Los edukadores; y una llamada Nichts bereuen (No regrets, en inglés). Las dos tuvieron un gran recorrido y con ellas acabé recibiendo la Lola, como el Goya alemán», explicó.

Su importancia radica sobre todo en que «El sonido blanco le gustó mucho al director de Good bye, Lenin! –la ficción que le llevó al éxito– y a Tarantino le encantó esta y Los edukadores», de ahí que le llamase para su personaje en Malditos bastardos. «Fue un poco una cadena». El actor de padre alemán y madre catalana recordó además Salvador (Puig Antich). «Me ha marcado muchísimo, fue mi primer proyecto importante en España y las amistades que tengo con los otros actores siguen hasta hoy», dijo del largometraje rodado en el año 2006.

Otros personajes reales que ha interpretado son Niki Lauda en Rush (2013) y Karl Lagerfeld, serie de Disney+ aún no estrenada. Le fue muy difícil meterse en la piel del piloto de automovilismo. «Tuve muchos problemas para entenderle. Lo leí todo sobre él, pero necesitaba conocerlo, ya que éramos tan distintos que no sabía cómo encarar el papel. Le quería preguntar cosas de la vida y hablar sobre temas delicados, como la muerte, el miedo, la vanidad...»

Finalmente consiguió quedar con él y, pese a ser «un hombre muy especial», se cayeron bien y en sus múltiples encuentros hablaron de «todos los temas, incluso los más dolorosos. Gracias al tiempo que estuve con él, le comprendí un poco mejor, como cuando estuvo a punto de morir y pocas semanas después, con la cabeza quemada, se sentó otra vez en un coche de carreras», recordó.

En cuanto al diseñador, «me lo curré muchísimo y también fue una preparación muy intensa porque era un hombre tan culto, con tanta curiosidad que intenté absorber lo que le interesaba en literatura, música, cine, teatro, moda, todo», enumera. Daniel Brühl perfeccionó su francés en Mallorca. «El 80% de la serie es en francés y los actores mentimos un poco diciendo que sabemos montar a caballo o hablar francés y después ves que tampoco es tan fácil, pero me lo pasé superbien». Al reconocido intérprete le sigue «fascinando que cada proyecto es una nueva aventura y los nervios siempre son los mismos». Por eso «no entras en una rutina, sino que piensas ¿cómo lo voy a hacer? No tengo ni idea, pero eso es lo divertido», destacó en el Evolution.

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«Amo Mallorca»

«Amo Mallorca desde hace más de 20 años», aseguró. Desde que su tío Juan le dijo «que es la isla más preciosa del mundo» y vino a comprobarlo, ya que la imagen que tenía era la de «gente que se emborrachaba, se tiraba de los balcones y cantaba canciones chungas alemanas». La visitó por primera vez a los 20 años, solo. «Alquilé un coche y recorrí todo durante dos semanas y entonces decidí que mi tío tenía razón y que esta isla es fantástica». Ahora que viene a menudo, la aprovecha a nivel creativo. «Me inspira, tiene un alma que es única».