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Gori Matas: «El jazz es como jugar al Lego, puedes inventar y hay infinitas posibilidades»

Pianista, compositor, profesor. Como integrante del grupo K12, con el que ganó el Premi Ciutat de Palma 2022, un trío pensado para «jugar, imaginar e inventar» que completan el batería Teo Salvà y el contrabajista Marko Lohikari, publica en unos días nuevo trabajo discográfico, ‘Ten Near Planets’

Gori Matas, a la izquierda, con sus compañeros de K12, Marko Lohikari y Teo Salvà

Gori Matas, a la izquierda, con sus compañeros de K12, Marko Lohikari y Teo Salvà

Redacción

«Disfrutamos mucho tocando pero desgraciadamente ofrecemos muy pocos conciertos». ¿Siguen con ese lamento o en los últimos tiempos han solventado ese problema?

Sinceramente, sí, seguimos con ese lamento pero somos optimistas y creemos que pronto vamos a tocar mucho más. Si superamos el concierto anual al que estamos acostumbrados, ya será mucho.

¿Qué necesita con urgencia la escena jazzística en Mallorca?

Creo que, básicamente, tres cosas: la primera, más locales dedicados a la música en directo desde un enfoque cultural; la segunda, más interés e impulso real por parte de las instituciones públicas hacia la cultura musical y organización de conciertos con decisión y consciencia; por último, que el público local pueda acceder de manera más ágil a la programación y se acostumbre a escuchar jazz en directo. 

¿Qué salas de la isla programan actualmente conciertos de jazz con regularidad? 

Actualmente, que yo sepa, está el Jazz Lounge, antiguo Barcelona, que ofrece jazz casi a diario; también está el Cats Music, en Santa Maria. Hay un sitio muy interesante que es s’Escat, en Manacor, en donde una asociación dedicada al jazz y a la música en general organiza un montón de actividades: masterclass, jam sessions, conciertos, etcétera. Aparte de esos lugares hay alguna jam session regular, en el Shamrock los lunes, por ejemplo. 

K12 publicará nuevo trabajo en 2023. ¿Qué puede adelantar?

Pues que está a punto de salir, en una fecha misteriosa pero cercana. Se llama Ten Near Planets y es un viaje a diez planetas cercanos al planeta central y leitmotiv del grupo, K12. Son diez temas que representan esos diez planetas y estilísticamente sigue en la línea de K12 pero quizás jugando a diferenciar esos diez lugares. Seguimos con nuestra línea expresiva y de contacto con lugares, naturaleza, habitantes, sensaciones…

Escuchando a K12 la imaginación echa a volar. ¿A ustedes les pasa lo mismo al interpretar su música?

Sí, nos pasa. K12 está hecho para esto: para jugar, imaginar e inventar in situ; para crear música que aparece y desaparece, acercándonos a aquello desconocido, sensible y frágil; nos gusta la sensación de vacío que se puede crear en la música y que puede evolucionar hacia cualquier cosa. El hecho de comunicarnos entre los tres de esa manera tan abierta, con la escucha siempre muy afilada, hace que sea una especie de aventura constante. 

¿Qué placeres le brinda un formato como el del trío?

El trío clásico de jazz (piano, contrabajo y batería) es una formación que invita a inventar y crear. Su tímbrica encaja en ella misma, porque cada instrumento proporciona cualidades sonoras muy distintas. El piano puede generar melodías claras y juegos armónicos muy diferentes (oscuros, brillantes, expandidos, contraídos), el contrabajo aporta solidez en los graves pero también flexibilidad y el sonido de cuerda muy directo, y la batería despliega infinitos elementos rítmicos, texturas y frecuencias. Habiendo sólo tres instrumentos, se puede explorar muchísimo la fluctuación del momento, cómo todo crece o decrece, cómo de repente cambia una textura. Es muy interesante e intenso, creo que tanto para nosotros como para quien lo escuche de fuera. 

¿Qué significa la improvisación para Gori Matas?

Sobre todo, la posibilidad de no saber lo que va a pasar y el juego con lo incierto; cuando la mente no sabe, surgen cosas que nos pueden sorprender. 

Gori Matas, pianista

Gori Matas, pianista / GORI MATAS. MUSICO

¿De qué fuentes musicales bebe su propuesta jazzística?

Creo que hay infinitas influencias en K12, aunque nuestra dirección no es la de hacer un estilo concreto. Hay mucho jazz, pero también hay mucho pop, folk, música clásica y elementos quizás más contemporáneos. Nos gusta la claridad emocional y sonora de músicas que precisamente no son jazz, y llevándola al trío y a K12 surge un concepto muy vital y expansivo. 

¿Cuáles son las principales armas de sus compañeros Marko Lohikari y Teo Salvà?

Marko y Teo son músicos muy singulares: no tienen barreras, crean constantemente, inventan y escuchan de manera exponencial. Son dos músicos que invitan a que pasen cosas, a que nada esté preestablecido. Todo eso y mucho más y, principalmente, son muy buenos amigos y personas maravillosas. 

Con Salvà comparte vocación, la de profesor, ambos en Major82. ¿Qué beneficios tiene la música para los niños?

Creo que la música para niños y también adultos tiene un impacto directo en nuestra relación con el mundo. Es una actividad fundamentalmente expresiva, un lenguaje diferente, la práctica auditiva llevada a su máximo exponente, también la interacción con los demás. La música enseña a escuchar, observar, respetar, crear, jugar, sensibilizarse, expresar, conectar, integrar y divertirse. Creo que esto son cosas muy importantes hoy en día, que a menudo se olvidan; además, en Major82, la escuela en donde trabajo, todo esto se enfoca desde una manera muy vital y natural, que coincide con mi visión de la música. 

¿Por qué se dice que el jazz es fundamental en el desarrollo de una persona, sobre todo en sus primeros años?

Creo que es porque el jazz, o músicas que compartan su enfoque, es una música en la que jugamos con la creación y el cambio; no vamos a buscar un producto cerrado, sino que abrimos nuestra capacidad de ir montando y desmontando; a la vez, desarrollamos técnica, lenguaje y precisión. Sería un poco parecido a jugar al Lego: tienes muchas piezas, puedes inventar, hay infinitas posibilidades y se trata de ir desarrollando más habilidades a medida que juegas. 

¿Por qué afirma que el piano es como una orquesta?

Porque tiene un despliegue enorme: un registro que va desde los graves muy graves a agudos muy agudos, y la posibilidad del juego armónico infinito. El piano es como un lienzo con muchos colores disponibles al lado. A partir de ahí, ¡a jugar!

¿En qué les ha ayudado un premio como el Ciutat de Palma 2022 de música? La música se distingue en los Ciutat de Palma desde hace solo unos años. ¿Cómo se explica la ausencia de la música durante tanto tiempo en estos premios?

Ahí entramos en un terreno pantanoso. Respondiendo a la primera pregunta, diría que nos ha ayudado a varias cosas: a creer en nuestro proyecto, a sentirnos agradecidos y a generar más energía para seguir inventando; también, sin embargo, a ver que hay mucho pasotismo por parte de los organismos públicos hacia la cultura. Sabe mal decirlo, pero es así: aunque parezca un tópico, da la sensación de que buscan actuar y mostrar una cara para que la gente aplauda, pero después el interés real no existe. Después del Ciutat de Palma, que agradecemos muchísimo y del que estamos muy contentos, no ha habido ningún interés hacia K12 por parte de ayuntamientos u otros organismos; es más, nos hemos intentado poner en contacto con ellos y diríamos que nos han ignorado. Es algo que sabemos que no solo nos pasa a nosotros. De hecho, estoy tocando con gente de países como Finlandia y se sorprenden de que aquí la gente no conteste emails u otras comunicaciones sobre propuestas musicales. Creo que en Palma, y en Mallorca en general, falta mucho impulso cultural real; ya lo he dicho en otras ocasiones: sobran lugares, pero falta programación, inventiva e «inteligencia cultural»; para citar un ejemplo que siempre tengo en mente, lugares como s’Escorxador, supuesto centro cultural, son espacios maravillosos que podrían ser un manantial de arte, expresividad y actividades, pero no es así. Soy optimista y pienso que las cosas van a ir a mejor, pero también creo que es importante ser crítico y ayudar a que se «espabile». Creo que las instituciones públicas tienen en sus manos acercar y promover la cultura, que al fin y al cabo es una expresión vital de nuestra condición humana y nos conecta con la parte más bella de la existencia. En cuanto a la segunda pregunta, creo que va un poco relacionado con el tema de que la música a veces se considera más ocio o entretenimiento, al menos en este país. Poco a poco creo que eso se va transformando.

El galardón lleva el nombre de Bonet de Sant Pere. ¿Qué admira del músico mallorquín?

Admiro de Bonet de Sant Pere su pasión por el jazz y su creatividad. Es un músico que se debería explorar más porque en su época fue diferente, creativo y estilísticamente muy interesante. 

¿Qué convierte a Mallorca en tierra jazzística?

Creo que en Mallorca hay una tradición musical muy rica y potente. Concretamente, el jazz vive una época muy interesante, porque hay mucha gente que toca esa música, formaciones nuevas y mucho movimiento. Además, el jazz es una música universal y adaptable: lo pueden tocar tanto treinta personas como uno solo; por eso también tiene esa vertiente del momento, y creo que al público le gusta ver eso, como es una música fresca y creativa en tiempo real. 

¿En qué otros proyectos anda metido ahora mismo?

Estoy siempre en muchas cosas; es lo que tiene ser músico e intentar vivir de esto. Hay proyectos propios como 971 Connection, con Omar Lanuti y Pep Lluís García, con los que estamos sacando nuevo material; también el dúo guitarra-piano con Omar Lanuti; después, acompaño a otros artistas como Miquela Lladó, Aina Tramullas, Sergio Bustos, Tomas Fontin, Noah Orchard, Tia Cohen... También estoy en Baba Ganoush, junto con Miquel Àngel Aguiló, Xisco Aguiló y Tolo Genestar; When The Robin Sings, proyecto folk de Marko Lohikari, junto con Sinead Cormican y Toni Pastor; y Llampuga, con origen en la Habanera juntamente con Joan Fullana, Joan Tomàs Martínez, Joan Vila y Masé Jara.

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