La mujer que mató a su tía en Sineu pedirá pruebas de salud mental para lograr atenuantes

Antonia S.G. aseguró ante el juez que tiene problemas con el alcohol y que el día del crimen se había bebido más de una botella de vino

La acusada sostuvo que la víctima tenía brotes violentos por su dolor y sufría convulsiones por la medicación que tomaba

Antonia S. G., la mujer que mató a su tía de 91 años en Sineu, el miércoles al ser puesta a disposición judicial en Palma

Antonia S. G., la mujer que mató a su tía de 91 años en Sineu, el miércoles al ser puesta a disposición judicial en Palma / Guillem Bosch

Marcos Ollés

Marcos Ollés

Antonia S.G., la mujer que mató a su tía de 91 años en Sineu el pasado domingo, centrará su defensa en alegar problemas de salud mental para minimizar la condena por el crimen. La acusada, en prisión por orden judicial desde el miércoles por la tarde, argumentó ante el juez que es alcohólica y que cuando acuchilló a la víctima estaba ebria porque se había bebido más de una botella de vino. Afirmó también que sufre una depresión vinculada a las muertes de sus padres y que los cuidados de su tía Catalina, gran dependiente y de cuyos cuidados se hacía cargo en solitario, la tenía sobrepasada. Según su versión, la anciana tenía altibajos y alternaba episodios de euforia con convulsiones y brotes violentos por los dolores agudos causados por su enfermedad. Como ya hizo ante la Policía, Antonia S.G., representada por el abogado Antolín García, no explicó con detalle cómo acuchilló a la anciana, alegando lagunas mentales.

Antolín García, el abogado de la acusada, en los juzgados de Vía Alemania. | GUILLEM BOSCH

Antolín García, el abogado de la acusada, en los juzgados de Vía Alemania. | GUILLEM BOSCH

En su comparecencia ante el juez de guardia, la mujer volvió a confesar la autoría del crimen. Explicó que el domingo a primera hora de la tarde estaba con la víctima en su domicilio de Sineu y le aplicó un parche de fentanilo, medicación que la anciana tenía prescrita para aliviar los fuertes dolores que sufría por una enfermedad. El fármaco le provocaba reacciones adversas y su tía vomitó. Antonia S.G. recordó que estuvo limpiándola y que la anciana convulsionó y se cayó un par de veces de la butaca en la que estaba sentada. Aunque dijo no recordar con precisión lo sucedido, admitió que golpeó a la víctima y le asestó una cuchillada en el pecho. El juez le preguntó por qué lo hizo. «No se lo puedo decir», replicó la acusada, aunque apuntó que se vio superada por su situación personal.

Antonia S.G. se quedó en el paro hace ahora dos años y estuvo cuidando a sus padres. Su madre murió tras padecer alzhéimer durante mucho tiempo y su padre falleció de forma repentina en agosto pasado. A partir de entonces, la acusada, hija única, asumió los cuidados de su tía Catalina, enferma y completamente dependiente. Inició los trámites para ingresarla en una residencia, pero no había conseguido plaza todavía. Antonia S.G. argumentó que entró en una depresión -no diagnosticada- al no haber superado el duelo por sus progenitores. También apuntó que arrastra problemas con el alcohol desde hace tiempo. De hecho, aseguró que el domingo se había bebido una botella y media de vino y estaba ebria. Tras el crimen, metió el cadáver de la anciana en una maleta y lo llevó a su domicilio de Palma, donde fue hallado por la Policía. Confesó allí mismo el domingo por la noche.

Pruebas psicológicas

El juez de guardia acordó, tras la declaración de la acusada, su ingreso en prisión provisional sin fianza por un delito de homicidio. Está previsto que en el centro penitenciario se le aplique el protocolo antisuicidios.

La mujer intentará ahora aligerar una hipotética condena con circunstancias atenuantes. El abogado de Antonia S.G. hizo constar en la comparecencia ante el juez que la acusada ha colaborado en todo momento con los investigadores del grupo de Homicidios de la Policía Nacional para aclarar lo ocurrido. Además, tiene previsto solicitar pruebas periciales para intentar demostrar que la mujer tenía sus facultades mermadas tanto por la estresante situación familiar como por el consumo desmedido de alcohol.

A la espera de los resultados definitivos de la autopsia, en principio no hay evidencias de que la víctima hubiera sufrido agresiones previas, según fuentes conocedoras del caso.