La tradicional subida al Castell de la festividad de la Mare de Déu de Septiembre estuvo marcada ayer por el calor y la humedad. Decenas de personas asistieron a la misa celebrada por el párroco Tomeu Barceló al mediodía, y después la asociación de Voluntaris ofreció un plato de paella a los presentes. Los visitantes pudieron comprobar como la Fundació Castell ha solucionado los desperfectos ocasionados por el rayo que impactó en la zona en junio.