La verbena joven del pasado sábado volvió a convertir Alaró en punto de llegada de cientos de jóvenes que llenaron calles y plazas practicando botellón antes de asistir a los conciertos que se celebraban en la plaza de la Villa. A pesar de no haberse producido la masificación de otros años, la fiesta antes conocida como Flower Power obligó al Ayuntamiento a desplegar un dispositivo especial con 14 policías locales y seis voluntarios de Protección Civil que estuvieron en las calles durante toda la noche.

El balance final de la jornada fue de ocho denuncias a jóvenes por botellón, tres por orinar en la calle y unas veinte multas por estacionamiento indebido.

El alcalde, Joan Simonet, explica que las denuncias por botellón se realizan en aplicación de la ordenanza reguladora de consumo indebido de alcohol en la vía pública, aprobada en 2010.

Según esta norma, las infracciones pueden suponer multas de hasta 1.500 euros. La ordenanza entiende por práctica del botellón el consumo en espacios públicos por parte de un grupo de personas "cuando se causen molestias a los vecinos o a otros ciudadanos que comparten el mismo lugar". Además, se añade que se considerará alterada la normalidad en los casos de práctica masiva, cuando se deteriore la tranquilidad del entorno, o bien cuando "el consumo se exteriorice de forma denigrante" o en el lugar exista presencia de menores de edad.

En estos casos se considera infracción grave y la multa es de entre 751 euros hasta 1.500, pero si se considera que los infractores tienen "conductas obstruccionistas" ante las autoridades pueden alcanzar los 3.000 euros.

Joan Simonet considera que la verbena joven se desarrolló con normalidad y se produjeron menos incidentes que en anteriores ediciones, y como ejemplo cuenta que tan solo se dio un caso de coma etílico, a diferencia del año pasado, cuando los sanitarios tuvieron que atender a seis jóvenes por esta misma causa. Las aglomeraciones y peleas multitudinarias de otros años son la causa, explica Simonet, de que algunos agentes llevaran un chaleco especial de protección.

Durante las primeras horas de la noche, hasta las doce aproximadamente, los policías impedían el acceso al centro del pueblo a los grupos de jóvenes que llevaban bolsas con botellas de alcohol.