Uno de los pocos pueblos que no tenía gigantes lucirá a partir de hoy dos tallas de tres metros de alto. El músico polaco Frédéric Chopin y la escritora francesa George Sand serán los gigantes de Valldemossa.

Ambas efigies se crearon en el verano de 2010 con motivo del año Chopin. Viajaron por diferentes rincones de Europa, entre ellos Valldemossa. Pero ahora ya llevaban una temporada sin dejarse vez en público, por lo que el alcalde de Valldemossa, Francesc J. Mulet (CxI), solicitó al consulado general de Polonia en Barcelona que les cedieran las figuras.

Dicho y hecho. En unos meses han logrado que se las entregarán. Este viernes desembarcaron en Mallorca y las montó un experto de una colla gegantera. Ya están listas para la fiesta de la cesión que se celebrará esta tarde en la vila.

"Así rendiremos homenaje a dos personajes ilustres que estuvieron en Valldemossa", dice el munícipe Mulet. La historia es de sobras conocida: Chopin y Sand pasaron un invierno en la Cartoixa, así que qué mejor que ellos para ser la imagen del pueblo.

Las estatuas de la escritora y del músico serán de las más diferentes en el mundo de los gigantes. Estas tallas, que según la historia llegaron a Mallorca hacia el siglo XVII, suelen representar figuras como la realeza, la nobleza o la payesía. Chopin y Sand serán los más distinguidos del grupo.

"Desde luego, la han dejado más guapa a ella", bromea el alcalde. Y es que a la novelista la han retratado con un vestido largo negro con detalles en rojo y una mantilla blanca bordada, mientras que el compositor viste un traje muy austero en tonos marrones. El rostro de Chopin es aún más característico. Es algo verdoso y paliducho, para representar la etapa que vivió en Mallorca durante la que padeció tuberculosis. Sus dedos, largos y delgados, también responden a ese canon tísico.

Las dos estatuas permanecerán en Valldemossa sine die hasta que el consulado de Polonia las reclame. Tras descartar varias ubicaciones por falta de espacio o de seguridad, el alcalde Mulet afirma que su más que probable ubicación será el vestíbulo del colegio público Nicolau Calafat.

Pero, como todos los gigantes, estos tampoco están pensados para estar encerrados. Por eso el consistorio promoverá la creación de una colla gegantera entre los jóvenes del pueblo para que se encargue de cuidarlos y sacarlos a bailar durante las fiestas de la vila y celebraciones como el Festival Chopin. "A ver si algún día podemos acoger un encuentro de gigantes", anhela Mulet.