El último pleno celebrado en el ayuntamiento de Consell aprobó una ordenanza que regula la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en las vías y espacios públicos del municipio. Se pretende la protección de la salud pública, la salubridad, el respeto al medio ambiente, la protección de menores y la tranquilidad y descanso de los vecinos.

La nueva ordenanza prohíbe taxativamente la práctica del botellón, el consumo de bebidas alcohólicas en las calles o plazas por un grupo de personas que puedan molestar al vecindario. En el caso de que el consumo de bebidas no alcohólicas produzcan los mismos efectos se aplicará el mismo régimen, según la nueva ordenanza.

Para las sanciones consideradas como muy graves por la nueva normativa, se establecen multas de 1.501 a 3.000 euros; las graves se multarán con cantidades de entre 751 y 1.500 euros; y las leves irán de 400 a 750 euros.

Si la persona infractora lo solicita previamente, las sanciones podrán ser sustituidas por cursos de concienciación y trabajos a la comunidad. El importe de las sanciones será destinado a financiar programas de educación respecto al consumo de alcohol.