Como si el tiempo se hubiera detenido. Como si fuera un viaje al pasado, abre sus puertas un peculiar museo en la fábrica de embutidos La Luna de Sóller (la más antigua de Mallorca del sector), para mostrar cómo se fabricaban las sobrasadas hace más de cien años.

Sus propietarios, Bartomeu Frau y Maria Orell, explican que esta sala "no nace con vocación de museo, sino para que la gente pueda ver cómo se trabajaba la carne a principios del siglo XX".

Imaginárselo no es tarea difícil. La industria está tal y como se conservaba cuando dejó de funcionar hace algo más de 30 años con todas sus máquinas y aparejos en perfecto estado de conservación. "Dejó de funcionar porque la normativa sanitaria así lo obligó, ya que de lo contrario todavía podría seguir a pleno rendimiento".

Esta antigua fábrica de embutidos está situada junto a las instalaciones actuales de Embutidos Aguiló, la firma que desde 1900 comercializa sus productos bajo la marca ´La Luna´. Máquinas trituradoras de la carne, de pastar, las embutidoras o los moldes para elaborar los jamones deshuesados curados. Parte de esta maquinaria está unida a unas poleas en el techo que giran con la fuerza que le proporciona un motor eléctrico.

Las paredes interiores han sido decoradas con fotografías antiguas de gran tamaño que ilustran el trabajo que realizaron los carniceros y operarios. Junto a este material, diversas estanterías recogen las colecciones de cuchillos y otras herramientas. Para completar el viaje al pasado, unos grandes libros de contabilidad ilustran el movimiento económico de la empresa, junto a unas rudimentarias calculadoras utilizadas para realizar la contabilidad.

Otras curiosidades que se pueden observar son la colección de etiquetas con las que se remataba el producto final, las cajas de embalaje y una rudimentaria máquina para envasar al vacío los embutidos que se exportaban hacia la península.

La visita guiada se completa recorriendo el secadero de sobrasadas y el antiguo aserradero que se utilizaba en verano (época en la que no se producían embutidos) para fabricar las cajas del embalaje. Este espacio ha sido reconvertido para acoger un comedor para ofrecer degustaciones a los visitantes.

En el año 1900 Josep Aguiló Pomar fundó Embutidos Aguiló. Esta empresa, junto a su marca comercial, se convirtió en una sociedad prospera que servía sus productos a Mallorca, la península, al norte de África, sur de Francia y hasta Cuba y Puerto Rico, debido a la emigración mallorquina. En los ochenta, la empresa inició una nueva etapa equipándose con una tecnología moderna y con unas instalaciones totalmente homologadas en el ámbito europeo.