El martes 8 de agosto, el conseller de Turismo y vicepresident del Govern, Biel Barceló (Més), convocaba a la prensa para glosar las bondades de la reforma del alquiler turístico que él mismo ha impulsado. Mientras anunciaba oleadas de inspecciones y lluvia de multas, en la principal web de alquiler residencial del mercado nacional, idealista.com, aparecían únicamente 8 anuncios de pisos por los que se cobrasen menos de 700 euros al mes para quien los desease contratar para uso residencial por meses o años. El viernes, tres días después de la entrada en vigor de la Ley Barceló, esa cifra se había elevado a 15, que ya eran 27 el lunes, 32 el miércoles y 43 a finales de semana. El avance lento pero implacable de la oferta residencial de arrendamiento se repetía en páginas como Fotocasa, otro referente, que pasaba de apenas 11 anuncios por debajo de 700? el día en que Barceló convocaba a la prensa para hablar de su ley a 61 a finales de esta semana. Seis veces más en apenas diez días: la normativa con la que el Govern ha pretendido acabar con el negocio turístico ilegal, para devolver los inmuebles a la función residencial para la que fueron diseñados, construidos y vendidos, parece estar dando resultado.

Aunque el avance se mide con cuentagotas. Hoy cinco más, mañana otros diez, pasado siete. Movimiento lento, pero significativo por lo que supone de cambio de tendencia: después de que en los últimos dos años las inmobiliarias del negocio de toda la vida, el residencial, confirmasen a este diario que habían visto reducido en un 80% la entrada de nuevos pisos para su alquiler a residentes de las islas, la oferta de larga estancia crece. Las propias inmobiliarias y agentes del sector confirman que la corriente ha cambiado. Dicen que el alquiler turístico, ilegal desde 2012 pero nunca perseguido hasta ahora, ha sido un buen negocio, pero creen que su esplendor se ha acabado y la vivienda está de vuelta al mercado para el que fue planificada, construida y vendida: el residencial. Era lo previsto, dice José María Mir, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, que explica que el regreso de la parte de la oferta turística ilegal a la legalidad del arrendamiento residencial por más de un mes entra dentro de los cálculos del sector: "Una parte de los propietarios que estaban en el negocio vacacional se lo van a pensar mejor y destinarán sus pisos todo el año al arrendamiento de temporada larga", confirma. Aunque avisa: el proceso de regreso a la normalidad va para largo.

¿Por qué? "Pues porque otros propietarios e inversores que se pasaron al vacacional van a esperar acontecimientos con esta reforma de la ley de turismo, a ver qué pasa con ella y con los recursos que puedan llegar". Que llegarán. En ellos trabaja la asociación que agrupa a los propietarios de alquileres turísticos de las islas, Aptur, que no obstante ya ha advertido a los dueños de viviendas dedicadas al negocio ilegal en pisos que no cabe esperar resultados a corto plazo, ni en España, ni en Europa. De lo que sí hay certeza inmediata es de las multas, que desde ese martes 8 del anuncio del vicepresident son de entre 20.000 y 40.000 euros para el propietario que alquiler menos de un mes en un piso o se exhiba en webs y agencias de negocio vacacional sin contar con el preceptivo número de inscripción en la Conselleria de Turismo.

Ahí, en el miedo al golpe sancionador, encuentra el origen el cambio de tendencia, dice Mateu A., palmesano de 65 años, un propietario que cuenta que ya ha retirado del negocio turístico sus dos pisos. "No me van a quitar el sueño con esto. Esta semana viene una familia a uno de los apartamentos (alquila en la calle Colón), porque no han encontrado alternativa con los billetes ya comprados y no quisimos dejarlos tirados, pero se acabó". ¿Volverá a alquilar sus pisos a residentes? "Lo haré, sí, lo hacía antes y ahora los precios son mucho mejores, aunque a ver cuánto duran así de altos", dice, agudo y previsor: sabe que la hiperinflación que ha disparado un 50% en los últimos dos años el precio de los arrendamientos no es previsible que dure, pero cree que nunca se volverá a los precios previos al boom de AirBNB.

Los precios tardarán en bajar

De la misma opinión es José María Mir, que recalca que no espera "una avalancha de viviendas para alquiler residencial". "En cualquier caso habrá más, y eso moderará los precios, pero es que nunca había visto estos precios de hoy. Estamos hablando de alquileres para residentes de a partir de mil euros al mes, con casos de 1.200, 1.300 y 1.500 euros, cuando hace cuatro años los precios eran la mitad o menos", resume, consciente de que el estallido de AirBNB no ha venido tanto de las quejas por la masificación turística que padece Mallorca, como por los efectos sociales devastadores que está teniendo la escasez de vivienda asequible para los ciudadanos de las islas. Sencillamente, los precios se han disparado tanto que se ha llegado a situaciones impensables, como que varias familias con niños se pongan de acuerdo para repartirse pisos y hacinarse en ellos, o que aquellos hogares compartidos por jóvenes que alquilaban mientras estudiaban y se emancipaban hayan dejado su sitio a hogares comunes para varias parejas: de una persona por habitación a una pareja por estancia.

"Mi novia y yo estábamos así en un piso en Blanquerna (Palma). Éramos dos parejas, dos habitaciones y un baño. Encontramos otros dos amigos y ahora vivimos los 6 en una casa en Son Ferriol. Estamos más lejos y pagamos 400 euros por pareja, pero tenemos tres baños", resume Jordi G., 26 años, que asegura que todos siguen mirando opciones para volver a Palma, cerca de sus trabajos. "En los últimos días nos han llegado más avisos (de apps como Habitaclia o Fotocasa), pero sigue siendo caro", abunda. Que esa es la advertencia en la que insisten las inmobiliarias, que a la vez es un consejo para los propietarios: los precios de alquiler residencial ofrecen hoy una rentabilidad nunca vista, que parece que aún va a durar. Al menos, dicen, hasta que se articulen mecanismos que animen a los propietarios a poner su vivienda en el mercado legal, entre los que destacan la necesidad de mejorar la protección contra impagos y daños.

Alternativas legales a AirBNB

Mientras tanto, AirBNB está dejando su sitio a opciones de alquiler legal como Homyspace.com, que ofrece a particulares y empresas alquileres de temporada, pensados para trabajadores que llegan a la isla para unos meses. En su catálogo hay 400 pisos de esos que no se pueden alquilar a turistas, aunque no se trata de turismo encubierto: Diario de Mallorca intentó reservar una semana en Palma con ellos y rápidamente advirtieron de que eso no es posible, que "la normativa acaba de cambiar y tiene que ser mínimo un alquiler de más de un mes, porque por días es turístico y es ilegal en pisos". La Ley Barceló empieza así a llegar a las plataformas. Falta que alcance a AirBNB, que según cuentan propietarios con licencia turística se niega a incluir su número de autorización (exigido por ley) en la oferta, algo que sí hacen en Barcelona, donde acaban de eliminar mil pisos ilegales de su catálogo: allí ya les han multado.

Subidas de precio: Mallorca aún lidera el encarecimiento del alquiler

Aunque en los últimos días empiezan a verse más ofertas de alquiler residencial, los precios siguen en niveles récord: según datos de Fotocasa, la mayor subida del alquiler en España en el último año se detectó Eivissa (un 22%), mientras Mallorca y provincias turísticas como Las Palmas, Tenerife y Barcelona lideran el encarecimiento con incrementos superiores al 10% en solo un año. El efecto AirBNB deja huella.