Es urgente que Rajoy haga algo por Balears y se lleve a Bauzá a Madrid. El farmacéutico aspira ahora a la cartera ministerial de José Manuel Soria, que le abriría nuevas vías de ingresos porque ayer se lamentó amargamente de que necesita dinero. El president accidental cerró las dos horas más largas de la historia de la comunidad resaltando "las dificultades que todos vivimos" en lo económico, cuando declaró a Hacienda unos ingresos personales de doscientos mil euros el año pasado, que mantendrá en el presente ejercicio sin recortes apreciables. Bauzá y la desatada Mabel Cabrer, que gana casi lo mismo y también se queja a gritos como si se le hubiera inundado el Metro, requieren la solidaridad altruista de sus conciudadanos. Ambos corearon ayer que "estamos mejor que antes" y "tenemos motivos para el optimismo". Así es, en el caso de ambos.

En su número vigente, la biblia de ¡Hola! consagra trece páginas y 33 fotografías al viaje de los Príncipes de Asturias a California. Bauzá no protagoniza ninguna de las imágenes, aparece de relleno en sólo dos de ellas. La edición dominical de La Vanguardia dedicó una página y cuatro imágenes al periplo, todas ellas sin el president que vendió la tournée como si Felipe y Letizia fueran sus acompañantes. Ayer manifestaba con descaro que "no cree en la política de cara a la galería", cuando los fotógrafos de la Familia Real están hartos del espontáneo adherido permanentemente a los royals. El farmacéutico fue el Sazatornil de La escopeta nacional californiana.

Cabe agradecer a Bauzá que, por solo 200 mil euros anuales, haya hecho una escala en Mallorca, dentro de la gira mundial que en un solo mes le ha conducido a Uruguay, Chile, Argentina, México, Estados Unidos, Bruselas y Londres. Viaja más que Josep Juan Cardona y Antònia Ordinas, y a los mismos sitios. El president de Balears en el extranjero demuestra que la democracia se alimenta de sus contradicciones, puesto que descarga el balance del estado de la comunidad sobre las espaldas de un president a quien repugna la autonomía.

La ventaja de Bauzá es que se le puede escuchar haciendo otras cosas, sin la comezón de perderse nada relevante. Aun así, se experimenta un pequeño sobresalto cuando el farmacéutico anuncia que se celebra "el primer centenario del nacimiento del Archiduque Luis Salvador", con cien años de retraso. Sólo se equivocó de un siglo, un cien por cien. Quizás confundió al aristócrata centroeuropeo con Michael Douglas, que le suena más. El lapsus no demuestra sus problemas numéricos, sino su desconocimiento de la historia.

A continuación, Bauzá fija el presupuesto de la comunidad en "tres millones" de euros, cuando son "tres mil millones". No es la primera vez que yerra en esta incómoda cifra. El desliz coincide con el patrimonio personal y millonario del farmacéutico. Ignora la cantidad que administra, pero memoriza al céntimo sus intereses privados porque, como dijo el brillante Biel Barceló, "la única prioridad de José Ramón Bauzá es José Ramón Bauzá".

Al haber postergado lo público a lo privado, Bauzá abandona su letargo para ordenar vibrante que hay que pagar a las "empresas" y "proveedores", entre las que se cuenta en papel prominente la farmacia Bauzá, con una factura anual en el entorno del millón de euros. El lobby farmacéutico no influye, preside el Govern aunque sea desde el extranjero.

Es obligado reconocer a Bauzá el mérito de perorar durante dos horas sin mencionar la huelga de profesores y padres de alumnos, ni la manifestación más nutrida de la historia de Balears. Barceló atribuyó el silencio a que no ha digerido la protesta. Se equivoca, el president sigue rumiando una protesta de la que nunca se recuperará. Por ello, desde su hueco currículum necesita repetir por dos veces que "mis convicciones democráticas son muy profundas", como si no acabara de creérselo.

La chillona Mabel Cabrer hablaba en nombre propio como si ya hubiera sucedido al farmacéutico. Con la excusa de absolverlo, la portavoz del PP llamó "iluminado" y "fanático" a Bauzá en sendas ocasiones. El president renuncia a la empatía y a la identificación. No le preocupa demasiado el récord de deuda, de parados y de superficie forestal quemada que ha logrado en solo dos años. Ayer ejerció la facundia de felicitarse en público sobre la gestión de un incendio en el que ardieron más de dos mil hectáreas. Ni siquiera los tibios aplausos matutinos de la bancada popular se sumaron a este elogio de la destrucción.

Se despachará desde aquí brevemente a Francina Armengol, beligerante pero descascarillada, madre coraje en su segundo turno. El farmacéutico intentó el sentido del humor en las réplicas, con peor resultado que cuando se limita a tropezar en cada dato. La ignorancia olímpica del president desemboca a menudo en una perversión de la realidad. Cuando presumió en La Sexta de que "a mí me han denunciado por lo penal y por lo criminal" quedaba descalificado para cualquier pronunciamiento con relevancia jurídica. Siempre encomendado a sus obsesiones, ayer pronunció su palabra tabú para referirse "al catalán propio de Balears". El Estatut gracias al que gobierna Balears y gana 200 mil euros afirma algo muy distinto, por culpa de la introducción de una coma de derechas -el catalán, propio de Balears- nunca desautorizada.