A la hora de realizar una inspección sobre el sector de la construcción, antes había que seguir el rastro de las grúas. Ahora es mucho más complicado. Porque las obras que se desarrollan de forma irregular en la reforma de establecimientos turísticos se producen "a puerta cerrada", es decir, los trabajadores entran en el complejo e inmediatamente éste se cierra para evitar que se pueda detectar lo que sucede en el interior. Los indicios, según se señala, pasan a ser el ruido que se genera o los sacos con escombros que en ocasiones quedan fuera, además del momento de entrada y salida de los operarios.