Más de mil días después del comienzo del terremoto financiero que arrasó la banca mundial, cuando el resto de la banca internacional empieza a salir del agujero, el Gobierno anuncia la reforma definitiva, la que desnudará las vergüenzas de un sector enladrillado. Así es la reforma.

El Gobierno quiere que las cajas asuman su agujero inmobiliario

Durante tres años el sector financiero ha negado la mayor: no hay agujero inmobiliario en los bancos y cajas, y el que hay está cubierto. Pero no era cierto. Hace una semana las cajas entonaban el mea culpa y reconocían lo que nunca habían querido reconocer: que el agujero inmobiliario es gordo yla morosidad se les va a disparar aún más. ¿Cuánto más? Pues eso es lo que quiere saber el Gobierno y el conjunto de la economía europea, que hacen cábalas sobre las necesidades reales de capital de las cajas. El Gobierno las calcula en 20.000 millones, que son los que anunció el lunes que inyectará a las cajas que lo necesiten. Pero la cifra suena a poco a los insaciables inversores, que en esto tienen el respaldo de firmas de calificación de riesgos como Moody´s, que cree que necesitarán entre 17.000 y 89.000 millones para salir del hoyo. El banco UBS eleva esa cifra a entre 70.000 y 120.000, y el gigantesco banco Nomura habla de entre 52.000 y 73.000 millones. ¿Cuántos le hacen falta a Mare Nostrum? Pues según Mare Nostrum, no tendrán que recurrir a la ayuda del Gobierno (que implica la entrada del Estado en al accionariado, o dicho en plata: la nacionalización). "Nosotros en lo inmobiliario no tenemos nada que esconder, ya hicimos el strip tease hace meses, cuando reconocimos una morosidad más alta (5,2%)", abundan en el banco. .

Nacionalización de quienes no hagan los deberes

Según los analistas, la última vuelta de tuerca del Gobierno llega tarde y se va a hacer despacio. Se quejan de que nuevamente se retrase hasta septiembre la acción de las cajas y bancos, que tendrán hasta el otoño para alcanzar una solvencia mínima. Será del 8% de los activos ponderados por riesgo, un ratio exigente que hoy por hoy condena a nacionalización parcial a las cajas catalanas agrupadas en Unnim, a CatalunyaCaixa, al grupo de Caja Madrid, a Caja España, al Bankinter, a Banco de Valencia y, muy probablemente (no hay cifras oficiales), a NovaCaixaGalicia (la resultante de la fusión gallega). Mare Nostrum se libra, porque también cumple el otro requisito: obtener menos del 20% de financiación de mayoristas internacionales (logra por esa vía el 20%, que se reducirá al 15% en unos meses). Los que no cumplan con el 8% en otoño (Mare Nostrum ya lo hace con un 8,4% de capital básico) recibirán una inyección del Estado, que permanecerá en el accionariado durante un máximo de cinco años pero ejercerá derechos políticos durante este tiempo: es decir, esta vez el Gobierno paga, pero manda.

Las cajas pasarán a ser bancos

Salvo la mallorquina Caixa Colonya y, quizá, la alicantina Caja Ontinyent, el resto de cajas deberán transferir todos sus recursos al banco que las agrupa. Mare Nostrum ya está en ello. Los bancos tendrán así herramientas de financiación que no tienen las cajas, como las posibilidad de salir a bolsa o de incorporar inversores privados al capital. Claro que a cambio pierden parte de su esencia y casi toda su independencia: las cajas seguirán siendo las dueñas de los bancos, pero el banco se gestionará solo, mientras las cajas quedan reducidas a la gestión de la obra social, que saldrá del reparto de beneficios y de lo que se obtenga con la venta de acciones del nuevo banco en la bolsa (si es que a las cajas les interesa dedicar un solo euro a obra social, porque a partir de ahora ya no hay obligación de invertir un 20% de los beneficios en obra social: se fija un máximo del 50%, pero ya no hay mínimo ). Y hay otros riesgos: cuando una caja se convierte en banco y sale a bolsa es susceptible de ser comprada a través de una opa de cualquier otro operador del mercado. Traducido: las cajas podrían acabar siendo parte de un banco privado o de cualquier empresa con capacidad para comprarlas. Aunque para eso antes tienen que salir a bolsa, algo que en el caso de Mare Nostrum no está decidido, pero sí es una de las opciones sobre la mesa.

Ningún cambio para los ahorradores

Los ahorradores pueden estar tranquilos. Incluso en el hipotético caso de que su caja fuese parcialmente nacionalizada, sus depósitos estarían garantizados. Es decir, no es un riesgo tener el dinero en una caja, como dicen los rumores cada vez más extendidos, que están creando no pocos problemas a las cajas (que están perdiendo clientes y ven así agravada su situación). La demostración de que no hay riesgo están en las dos cajas que hasta ahora fueron intervenidas: sus clientes no perdieron ni un solo euro.

Otro año de restricción del crédito a empresas, administraciones y particulares

Es una de las quejas principales de las empresas y los analistas: como se ha dado de plazo hasta el otoño, en los próximos meses las cajas y bancos seguirán estando más preocupadas por sanear sus cuentas y salir del paso que por dedicarse a su negocio: dar créditos. En estas circunstancias parece que durante 2011 va a seguir siendo muy difícil conseguir créditos. Y sin créditos, las posibilidades de que se cree empleo son escasas (por no decir nulas).