Banco Mare Nostrum goza de buena salud. No es una salud de hierro. De hecho, ni siquiera exime de pillar un buen gripazo, ni de seguir un tiempo en cuarentena con el resto de las entidades financieras españolas, pero es salud suficiente como para salir adelante sin someterse a la intervención a corazón abierto con la que amenaza ahora el Gobierno a los bancos y cajas: la nacionalización en otoño de las entidades que lleguen a septiembre sin haberse saneado. No están en esas Sa Nostra y compañía, que cumplen ya hoy los requisitos que el Gobierno reclama para después del verano.

Lo confirman fuentes del nuevo grupo, que descartan tajantemente una nacionalización parcial de Mare Nostrum. Y esta vez les dan la razón los números, que describen un banco sólido, cimentado sobre una solvencia que supera el mínimo fijado por el Ministerio de Economía para evitar la nacionalización. A ello contribuye de forma decisiva el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) del Banco de España: gracias a los 915 millones de euros que le prestaron a Sa Nostra, Cajamurcia, CajaGranada y Caixa Penedès tras la fusión, el grupo luce hoy un core capital (capital básico) del 8,4%. Y esa cifra está cuatro décimas por encima del 8% sobre los activos ponderados por riesgo que el lunes anunció la vicepresidenta económica Elena Salgado como mínimo para esquivar la entrada del Gobierno en el consejo de administración de las entidades.

Aunque hay más requisitos en la última vuelta de tuerca del Gobierno a las cajas en su cruzada por salvarlas del abismo. Con una de esas nuevas exigencias, el Ejecutivo pretende reducir la exposición del sector financiero español a los caprichosos vaivenes de esa abstracción que hoy gobierna el mundo: los mercados. Para ello impondrá un core capital superior al 8% (está por definir la cifra exacta) a las entidades que obtengan más del 20% de sus activos a través de los mercados internacionales de financiación mayorista. Y por ahí tampoco patina el Banco Mare Nostrum, que hoy por hoy consigue por esa vía justo el 20% de sus recursos, aunque el plan del grupo es reducir esa exposición al 15%.

¿Cómo? Generando en los próximos cinco años hasta 3.300 millones de euros en recursos propios, cifra gruesa a la que en Mare Nostrum pretenden llegar por tres vías: la disminución de los costes de explotación gracias a la fusión (167 millones de euros menos cada año en gastos), la reducción de la exposición del grupo al sector inmobiliario (mediante la venta de activos) y la captación de ahorradores (pretenden pasar de los actuales 3,6 millones de clientes a 4,6 millones).

A la caza de inversores

Habría una vía más, que es justo la que recomienda el Gobierno a las cajas que no lleguen a la solvencia mínima: buscar inversores que entren en el accionariado de los bancos resultantes de la fusión de cajas, nuevos accionistas que tendrían derechos políticos. La operación serviría para salir del atolladero, aunque no está exenta de riesgos. Los fundamentales: el posible fracaso de una salida a bolsa en un mercado sembrado de inversores que miran hacia España y sus cajas con suma desconfianza, y la amenaza de ser presa fácil de una opa bursátil de alguna gran entidad. Son conscientes de ello en Mare Nostrum, que en febrero se presentará en sociedad en la capital financiera de Europa, Londres. Lo harán solo para darse a conocer, dicen, aunque no descartan que sea el primer paso hacia algo más: la captación de inversores que apuntalen al nuevo grupo.

"Difícilmente vamos a poder acudir a los mercados de capital si no nos conocen, aunque la verdad es que no es necesaria una recapitalización urgente. Pero si llegase a hacer falta acudir a los mercados de capital en unos meses es mejor que te conozcan y, sobre todo, que sepan diferenciarte dentro de las cajas españolas, porque ahora nos meten a todas en el mismo saco y algunas somos perfectamente solventes", resumen en fuentes del grupo, que reconocen así que una de las opciones es la salida a bolsa. "El presidente [el murciano Carlos Egea] no rehuyó esa posibilidad en la presentación del grupo a los inversores. Podría haber una emisión de acciones, pero hoy no es algo que corra prisa ni esté previsto", zanjan otras fuentes del recién nacido Mare Nostrum.

Las cajas fusionadas darían con la entrada de capital privado un paso más en un proceso de desnaturalización que las convertirá a todos los efectos en bancos que tendrían en su accionariado a las cajas originales y a los nuevos inversores. "Podrían entrar por esa vía en el capital otras entidades, fondos de inversión o inversores particulares, que, por supuesto, tendrían derechos políticos, es decir, presencia en los órganos de gobierno", aclaran fuentes financieras, que ven en la tercera fase de reforma de las cajas la definitiva: la de la refundación como bancos.

Y hacia ahí se dirige precisamente el grupo Mare Nostrum, en el que tienen claro que es mejor adelantarse a algo que acabará imponiendo el Banco de España. "El destino de todas las cajas es convertirse en bancos", decían premonitoriamente la semana pasada desde el Ministerio de Economía, que el lunes dejó claro con sus últimas referencias a qué se refería. Por eso Mare Nostrum ya prepara para febrero las asambleas generales que tendrán que dar luz verde al último paso: la integración del 100% de la actividad en el Banco Mare Nostrum, que será desde entonces a todos los efectos el banco que su nombre dice que es.

¿Y las cajas? Pues conservarán su marca y se limitarán a gestionar en solitario para su obra social la parte de beneficios que les corresponda en función de su participación accionarial en el grupo (Sa Nostra detenta un 13% de Mare Nostrum). A cambio ganan una solvencia que no tenían. "Esta última vuelta de tuerca no va dirigida a nosotros, sino a todas las cajas que han hecho oídos sordos a las indicaciones del Banco de España, vulnerando el espíritu de las fusiones: unir a cajas fuertes con otras débiles para conseguir grupos sólidos. El nuestro lo es, pero otros pueden tener problemas", zanjaban ayer en Mare Nostrum, que encontraba en este punto el respaldo del conseller de economía del Govern, Carles Manera: "Es un grupo con una enorme capacidad de activos, que nos da una fortaleza importante". Que falta hará.