Músico

Francisco Albéniz: “La música de La Búsqueda es contrarrevolucionaria, antimoderna”

El grupo mallorquín, en activo desde 1985, publica el próximo viernes su esperado 'Luz, arena y llanto', un disco de sonidos fronterizos, clásicos, latinos, mediterráneos y cinematográficos

Francisco Albéniz, en su casa de Lloret de Vistalegre

Francisco Albéniz, en su casa de Lloret de Vistalegre / DM

Redacción

La Búsqueda publicará el próximo 10 de mayo su esperado nuevo disco, ‘Luz, arena y llanto’, ¡veinte años después de su anterior trabajo!

El enfoque de este disco viene del dicho castellano “no hay mal que por bien no venga”. Hace 20 años empezamos a grabar esto pero se nos rompió el 24 pistas y nos invadió el pánico, porque perdimos pistas e información. El disco tenía que ser de diez canciones, un disco convencional, pero ante este suceso se produjo un parón. Fue un momento delicado, caímos en el desánimo. Tuvimos que rehacer un montón de pistas y, como empecé a hacer muchas bandas sonoras, se me ocurrió la idea de hacer un álbum sin apenas silencios, metiendo pequeños interludios, a modo de pequeñas bandas sonoras, entre canción y canción.

¿Cómo afronta los estrenos?

Con ilusión pero sin esperar tampoco nada. Supongo que es la madurez, ya no tengo expectativas, como cuando era joven. Estoy flipando mucho con las redes sociales. Desde hace un mes tenemos una y con el lanzamiento del disco tendremos una página web. ¡Hasta un filósofo da su visión sobre La Búsqueda! Para mí todo esto es como empezar una vida nueva. Todas las discográficas están a punto de morir. Hace unos días leí que dentro de unos años será impensable que un disco nuevo tenga difusión porque las revistas especializadas también morirán de alguna manera. Entramos en un paradigma nuevo, donde de repente tengo a una mánager que me obliga cada semana a tener una cierta vigencia.

¿Y cómo lo lleva?

No lo llevo muy bien (risas) pero también es verdad que hay algunos días que me divierto, rodando o haciendo el gamberro.

¿Con la música siempre se ha divertido?

Me empecé a divertir a partir de los treinta y pico, gracias a una terapia que me hizo una mujer fantástica, Maria Matemala, fallecida recientemente. Ella fue la que me quitó el miedo escénico. Hasta los 32 años, más o menos, siempre subía al escenario con más tensión de la habitual. Liberarme de eso fue algo mágico. Recuerdo la sesión en que de repente todos los miedos que me imaginaba en mi cabeza desaparecieron y me puse a reír. La abracé y dije: ¿es posible que no me lo haya pasado bien encima de un escenario por lo que digan los demás, o por no vivir el momento? A partir de ese momento fue hacer la gira con Gorky’s Zygotic Minci y afrontar cada contratiempo con serenidad, cada anécdota que contaba era como estar fregando platos en la cocina de mi casa.

El músico Francisco Albéniz, en su casa de Lloret de Vistalegre

El músico Francisco Albéniz, en su casa de Lloret de Vistalegre / DM

Valor, épica y amor. ¿Son tres pilares sobre los que se sustenta este nuevo disco?

Sí, está bien. El título Luz, arena y llanto se refiere un poco a esa luz que en teoría deberíamos buscar todos en estos tiempos apocalípticos. Para conseguir las cosas necesitamos sobreponernos, transmutar, darle la vuelta a la tortilla, convertir lo negativo en positivo.

¿Cómo convive La Búsqueda con estos tiempos tan malos para la lírica?

Nosotros sabíamos que hay un poco de crisis creativa en la época actual y cierto hastío de determinadas cosas dentro del mundo posmoderno. De hecho este disco es un poco antimoda, antimodernidad, contrarrevolucionario, debido al feísmo que hay en la música en general. Si tú recuperas la belleza, si haces guiños a parar el tiempo a través de un disco largo, sin silencios, también puedes llegar al corazón de determinadas personas. Es un disco que va contra lo que se estaba haciendo en el mercado discográfico, que era fraccionar las canciones y venderlas digitalmente, sueltas, y está planteado como un viaje por diferentes lugares del mundo.

La Búsqueda siempre ha invitado a viajar con la música.

Sí, por dos cosas: no he viajado mucho en mi vida, sí lo he hecho con la imaginación; y también por la filosofía de nuestro orígenes, cuando éramos conscientes de que el rock bebía siempre de fuentes anglosajonas, que a nosotros nos encantaban, pero sabíamos que había que refrescarlo de alguna manera, rejuvenecerlo aportando otro tipo de raíces. Nos inspiramos en esos compositores del siglo XIX que se rebelaban contra el poder y su manera de hacerlo era crear vanguardia a partir de la tradición. Parece una contradicción pero el que conoce bien las raíces musicales de los diferentes países puede llegar a hacer un mestizaje o crear un estilo mezclándolo todo, moldeándolo todo. Hay una canción nueva, por ejemplo, que es un pequeño viaje a la India, y es un guiño a los discos tipo Sgt. Pepper’s y a esa rivalidad que había entre los Stones y los Beatles, que se retaban a ver quién hacía el disco más divertido conceptualmente o más raro. En este disco hay algo del Sgt. Pepper’s pero a la hispana. Cuando se rompió la máquina, el 24 pistas, un buen día dije: y por qué no hacemos esa especie de reto, desde las fuentes y las raíces más mediterráneas y todo ese mestizaje intentar hacer nuestro propio Sgt. Pepper’s. En el disco hay cosas muy frikis, como electrónica con silbidos y electrónica flamenca en algún punto. También hay temas fronterizos, canciones que son más intimistas, más acústicas, preflamenco… Ese batiburrillo es lo que precisamente hace que sea tan difícil de clasificar.

¿Se consideran parte de la escena de la world music?

Precisamente hace unas semanas desde una agencia de comunicación con sede en Francia que se dedica a world music nos dijeron que les había encantado el disco pero que eso no era lo que le pedían las radios y televisiones que hacen promo respecto a world music. Hay mucha gente que cree que nosotros estamos en esa escena pero realmente no estamos ahí ni tampoco totalmente dentro del rock, estamos un poco en tierra de nadie. Y eso, por los tiempos que corren, también es bueno, porque ante las modas, reguetoneras o esas que beben del revival, este hecho nos divierte y sirve para esas personas que están hastiadas de determinadas historias.

Portada de 'Luz, arena y llanto'

Portada de 'Luz, arena y llanto' / .

Ustedes siempre han sido un rara avis de la escena sonora, ya no solo por la propuesta sonora, original, singular y hechizadora, también por una carrera alejada de los focos, con muestras de vida de forma muy puntual.

Sí. Un titular que levantó ampollas decía algo así como: “Lucho por diferenciarme del rebaño”. Algunos lo interpretaron como esnobismo pero en el fondo era tan simple como que he matado a mis ídolos, que pueden ser los Stones, mi grupo de cabecera, para poder decir algo como Francisco Albéniz, con el sufrimiento que conlleva hacer ese sacrificio. Al principio cogí referencias de Lorca, para ver cómo desde el punto de vista hispano se puede expresar el cantarle a la vida y la muerte, pero esas referencias con el tiempo se van quedando atrás y cada día te sale con más espontaneidad lo que te surge de tus propias vivencias o de lo que ves en el mundo. Más que rara avis es el intento de ser uno mismo. Esa es la clave de la libertad. Pensar por uno mismo es muy difícil. Hay estudios que dicen que solo el 20 por ciento de las personas lo hace.

Antes me citó la India. La Búsqueda siempre ha tendido un puente entre Occidente y Oriente, un puente hoy dinamitado.

Dos civilizaciones que no se entienden, o se utilizan. Son dos mundos que deberían ser complementarios, como el hombre y la mujer, para tener la fuerza, para procrear, crear una familia… Musicalmente lo veo como esa parte de la psicodelia que nunca se exploró. El rock tendría que haber alargado la época de la psicodelia, fue muy breve. Los grupos de rock de los 60 y 70 echaban un poco el anzuelo hacia Oriente, pero duró poco y tampoco es que fuera extremadamente comercial, la industria tampoco les invitó a que hicieran esa exploración.

¿Qué convierte a Brian Jones en uno de sus tótems?

Brian Jones es el que en una canción occidental introduce elementos estéticos orientales y crea un auténtico misticismo. Me encanta ese juego que proponen canciones como Paint it black. Brian Jones no era un virtuoso con ningún instrumento pero los tocaba todos, y logra que el oyente vuele con la imaginación hacia esos países, hacia esa complementariedad que hay entre Oriente y Occidente. Tras su muerte, los Stones sacaron discos muy buenos, como el Exile on Main St., pero en salvo contadas canciones no volvieron a mirar a Oriente, sino que se centran en la raíz del blues.

El líder de La Búsqueda, Francisco Albéniz, en una imagen del pasado

El líder de La Búsqueda, Francisco Albéniz, en una imagen del pasado / Toirrelló

¿En La Búsqueda hay músicos virtuosos?

En La Búsqueda hay dos bloques. Uno en el que estamos el batería (Javier Suárez), el bajista (Dani Feliu), Aranxta Andreu (voz y teclados) y yo, que somos los autodidactas, los que necesitamos más horas para ensayar (risas); y otro que son ‘los sobraos’: Jaume Compte (guitarra española y eléctrica), Guillermo Femenías (guitarras), Pablo di Salvo (bajo), Chus Coll (violonchelo) y Bernat Xamena (trompeta).

Se cumplen diez años de vuestro último elepé y en 2025 serán 40 ya del nacimiento del grupo. ¿Con qué fines y bajo qué pretextos nació La Búsqueda?

Javier Suárez, Luis Escorcia y yo teníamos una gran amistad, y eso le dio mucha fuerza al grupo. Ensayábamos doce horas cada día, recuerdo que teníamos unas canastas de básket en el Monasterio de la Real que nos servían para desconectar. Queríamos matar a nuestros ídolos, y a partir de las raíces tradicionales más hispanas hacer algo que no sabíamos muy bien hacia dónde tenía que ir, pero había que incorporar esos ingredientes para empezar una historia. Lorca fue determinante, Luis y yo nos pasábamos poemas suyos; Javi hacía ritmos tribales, extraños, atípicos, usaba mucho los timbales, y sonaba más a tribu que a rock&roll; y nos dimos cuenta de que la trompeta era un elemento que aparte de sonar muy hispano y mariachi, le daba una particularidad muy especial. Utilizábamos la trompeta como solista, no como en las big band, para dar fuerza. La incorporación de Miquel Àngel Aguiló daba ese punto de complementariedad clásica, esa visión que podía tener George Martin en los Beatles. Aquel primer disco es muy arcaico, y flipo que la gente lo aceptara en su momento. Era un disco muy primitivo. Aluciné cuando lo publicó PolyGram en Francia.

Como los mineros de su canción, ¿usted también canta para ahogar sus penas?

Canto poco, debería cantar más. Lo que hago muchas veces es cantar en casa haciendo el burro, el payaso, cantando mal para aliviar penas, porque el sentido del humor alivia penas. Antes de cada actuación nosotros nos miramos a los ojos, tomamos un chupito de tequila y nos damos un fuerte abrazo. Es un ritual que seguimos.

Siempre habrá una luz”, expresan al inicio del álbum. La música como bandera de esperanza, no nos queda otra.

La Búsqueda es básicamente eso: luz. Se trata de convertir un mal momento en esperanza. Los niños de las grandes ciudades están en el psicólogo. Reina el miedo, el terror. Occidente no te enseña qué es transmutar, no te enseña a darle la vuelta a la tortilla.

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