Halloween se vive con mucha pasión en la casa de Palmanyola de Paco Coll y Cristina Cendrós, que cada año y para alegría de los jóvenes de Palmanyola montan una auténtica casa del terror en el jardín de su casa, en el número 48B de la Avinguda de Sóller. El montaje, inaugurado la tarde noche del martes 31 de octubre, se puede seguir visitando el viernes 3 de noviembre, de 18.000 a 23.00 horas y el sábado 4 de noviembre de 18.00 horas hasta la medianoche, si el tiempo no lo impide.
El jardín está dividido en varias zonas: la iglesia, el cementerio, la sala de Drácula, la de tortura, la cueva de la bruja, la estancia de los abuelos y el psiquiátrico; y en todas ellas hay personajes que causan un sobresalto en el momento más inesperado, como el pianista, el ahorcado o los esqueletos, que no se están quietos –hay más de una decena–. Paco y Cristina llevan trabajando cada tarde durante el último mes y medio para lograr esta sorprendente escenografía.
"Halloween nos encanta y en 2016 pusimos en el jardín un par de muñecos de este tipo para una cena con amigos. Al siguiente año añadimos unas tumbas y cada vez ha ido a más", cuentan quienes realizan artesanalmente buena parte de la decoración. Compran piezas en rastros para completar el atrezo, pero es esencial su maña con el bricolaje, la mecánica –que hace que se muevan las figuras–, la iluminación y el sonido, y para los personajes más elaborados han recurrido a adquisiciones en el extranjero.
