La iglesia de Sant Jaume se ha convertido este domingo en el centro neurálgico para dar rienda al fervor religioso en un Domingo de Ramos que tras la procesión de las palmas encabezada por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha seguido por la tarde, desde las seis, con la celebración del desfile que homenajea la entrada de Jesús a Jerusalén.