Absuelto el marroquí que hirió a tres guardias civiles en los calabozos de Palma

La sentencia le aplica la eximente completa de trastorno mental, ya que sufría un brote psicótico // Agredió a varias personas y destrozó las dependencias policiales de Inca

Los destrozos que causó en el cuartel de Inca. | DM

Los destrozos que causó en el cuartel de Inca. | DM

Xavier Peris

Xavier Peris

Durante tres días de diciembre de 2019 sembró el pánico en Inca. Un ciudadano marroquí muy corpulento y que sufría una alteración mental agredió a varias personas con las que se cruzó por la calle, acosó a mujeres y se enfrentó a golpes a los guardias civiles que le arrestaron. También destrozó los calabozos del cuartel de Inca y el coche patrulla en el que le trasladaron a la Comandancia de Palma, y una vez allí hirió a tres agentes que le custodiaban. El hombre, de 35 años, ha sido absuelto de las lesiones a los guardias, ya que se considera que cuando se produjeron los hechos estaba afectado por un brote psicótico, por lo que se le aplica la eximente total de alteración psíquica. La sentencia le impone una indemnización de 9.600 euros para uno de los agentes heridos, una cantidad que ha sido asumida por el Estado, puesto que el condenado es insolvente. El hombre estaba en situación irregular en España y tenía un expediente de expulsión abierto, que ha quedado paralizado por su enfermedad.

La mampara rota en el coche patrulla. | DM

La mampara rota en el coche patrulla. | DM

Los hechos ocurrieron a lo largo de tres días de principios de diciembre de 2019 en Inca. El marroquí, muy corpulento y al parecer experto en artes marciales, provocó una serie de incidentes violentos en la ciudad. Atacó con unas tijeras al dueño de un bar, y se enfrentó a golpes a los guardias civiles que le arrestaron. Tras ser conducido al juzgado de Inca, quedó en libertad con cargos. Ese mismo día se plantó en la puerta del cuartel de la Guardia Civil, donde insultó y amenazó de muerte a gritos a una agente que estaba de servicio en la puerta. Antes de que pudieran arrestarle se escapó corriendo. Casi inmediatamente la Guardia Civil recibió varios avisos de que el individuo iba increpando y amenazando a las personas con las que se cruzaba por la calle, sobre todo a las mujeres. Finalmente fue arrestado de nuevo pese a que opuso una fuerte resistencia.

Sede de la Comandancia de la Guardia Civil en Palma. | DM

Sede de la Comandancia de la Guardia Civil en Palma. | DM

Fuera de sí

El hombre estaba fuera de sí. Destrozó a golpes los calabozos del cuartel de Inca y tuvo que ser sedado por una médico del 061. Fueron necesarios varios guardias para inmovilizarle. Ante una situación tan conflictiva se optó por trasladarle a la Comandancia de Palma. Durante el trayecto causó graves daños en el coche patrulla y a mitad de camino tuvo que ser trasladado a una furgoneta especial y escoltado por agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic). Una vez en las dependencias de la Guardia Civil de Palma arremetió con patadas y puñetazos contra tres guardias, que sufrieron diversas lesiones.

Ha sido por este último incidente por el que el hombre ha sido juzgado. Fue acusado de un delito de atentado contra agentes de la autoridad y tres delitos de lesiones. La sentencia considera probado que el procesado, cuando estaba en los calabozos de la Comandancia, pidió que le llevaran a los servicios. Una vez allí cayó al suelo mientras gritaba frases amenazantes como «Os voy a rajar el cuello uno tras otro y bañarme en la sangre de vuestras mujeres». Propinó puñetazos y patadas a los tres agentes que le custodiaban, que sufrieron lesiones, uno de ellos de carácter más grave.

Sin embargo, el juez admite que el detenido se encontraba en aquellos momentos «afectado de un brote psicótico grave que anulaba totalmente sus facultades intelectivas y volitivas». La sentencia le absuelve al estimarle la eximente completa de alteración psíquica y ordena que quede bajo la custodia de sus padres durante un periodo de un año. El hombre está pendiente de juicios por las otras agresiones.

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