Un incendio calcinó ayer 37 hectáreas de superficie agrícola en una zona agrícola de Vilafranca. Una posible chispa declarada por una cosechadora que trabajaba en un campo pudo originar las llamas. La intervención de numerosos medios aéreos y terrestres propició que el fuego fuera sofocado antes de alcanzar masa forestal, unas viviendas y un parque con paneles de energía solar.

El fuego se inició sobre las 15.45 horas de ayer en un paraje conocido como es Pagos, situado junto a la carretera que une Vilafranca de Bonany y Porreres, a un kilómetro y medio de la primera localidad mallorquina.

Dos cosechadoras y una embaladora de paja se encontraban trabajando en esos momentos en la zona agrícola cuando se iniciaron las llamas. Todos los indicios apuntan a que una chispa pudo estar detrás del origen de las llamas.

Dotaciones de Bombers de Mallorca -procedentes de los parques de Manacor, Felanitx y Llucmajor- se movilizaron rápidamente para sofocar el incendio. Todo este operativo estuvo coordinado por un sargento del Cuerpo.

Asimismo, medios aéreos y terrestres del Institut Balear de la Natura se desplazaron hasta el lugar donde se inició el incendio para frentar su avance.

El fuego planteó una serie de riesgos inminentes. Las llamas se encontraban en las proximidades de varios cables de media tensión. Un parque de paneles de energía solar tuvo que ser perimetrado y el incendió también amenazó la possessió es Pagos.

La acción combinada de los distintos servicios de extinción dio sus frutos y unas tres horas después de iniciarse el incendio pudo ser controlado. Las llamas quemaron cultivos, rastrojos y balas de paja acumuladas en diversos puntos, pero no han dañaron ningún inmueble ni afectaron a personas. Un retén permaneció en el lugar para evitar que el fuego se pudiera reavivar.