Apenas cinco días después de ser condenado por conducir ebrio, un inspector del Cuerpo Nacional de Policía ha vuelto a ser sorprendido al volante en estado de embriaguez. El funcionario fue detenido por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Ya fue sentenciado a una multa y a la retirada del carné de conducir por ponerse al volante y dar positivo en la alcoholemia después de que otro agente, con el que viajaba en un coche camuflado, atropellara mortalmente a una ciclista alemana y se diera a la fuga.

Esta nueva detención de este inspector de Policía, jefe del Grupo de Delincuencia Internacional, la realizaron sus propios compañeros el pasado viernes en Palma. Entre las nueve y media y las diez y media de la noche, varios agentes le sorprendieron cuando acababa de arrancar el vehículo y presentaba síntomas compatibles con la ingesta de alcohol.

Las sospechas demostraron poco después que estaban plenamente fundadas. El inspector del Cuerpo Nacional de Policía fue sometido a la prueba de alcoholemia y superó con creces el máximo permitido. Fue conducido directamente a los calabozos de la Jefatura de Policía detenido por un presunto delito contra la seguridad en el tráfico.

El funcionario fue trasladado a los juzgados de Via Alemania, en la mañana de ayer, acompañado por otro policía de su mismo rango. El inspector compareció ante el juez del Juzgado de Instrucción número cinco, en funciones de guardia, que ordenó su puesta en libertad con cargos y la retirada de nuevo de su carné de conducir.

Se da la circunstancia de que esta misma semana, el pasado lunes, se le había notificado la sentencia por la que se le condenaba a nueve meses de multa, a razón de seis euros diarios, por conducir un vehículo bajo los efectos del alcohol. La resolución judicial consideró probado que el inspector se puso al volante después del siniestro para volver a su casa.

El otro agente, que iba al volante del coche camuflado en el momento del atropello mortal de una ciclista alemana, fue condenado a tres años de cárcel por conducción temeraria bajo la influencia del alcohol, homicidio imprudente y omisión del deber de socorro.

Los hechos por los que los dos agentes fueron condenados se remontan a la mañana del 25 de marzo de 2012 en la carretera de Cap Blanc, en Llucmajor. La sentencia consideró probado que los dos funcionarios consumieron abundantes bebidas alcohólicas la madrugada de dicho día. Sobre las nueve de la mañana regresaron a sus domicilios en un coche policial camuflado, un Fiat Bravo.

El conductor se aproximó a un grupo de ciclistas, invadió el arcén y arrolló a la ciclista alemana Renate Dietrich. La víctima, de 61 años casada y con dos hijos, impactó contra un árbol y murió instantes después. La Guardia Civil detuvo poco después a los dos policías que iban en el coche que se dio a la fuga.