El acusado de matar a un matrimonio de ancianos y a la nieta de estos el 27 de enero en la calle Sardenya de Barcelona, Alejandro C., culpó a su exnovia e hija de los octogenarios, Mónica C., de cometer el crimen para cobrar su herencia tras intentar que se declarase la invalidez de su hermana.

"La única persona que realmente tenía un móvil para deshacerse de sus padres era ella", aseguró el abogado del acusado, Facundo Carugatti, al terminar las declaraciones de su cliente y varios testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona.

Sin embargo, el abogado de Mónica C., Andrés Maluenda, cree que esta versión no se sostiene ya que, según explicó, Alejandro C. la culpa sin pruebas y con dos argumentos débiles: que ella había pedido préstamos a bancos y que reaccionó de manera "fría" cuando conoció la noticia de la muerte de sus tres familiares.

Por otra parte, Alejandro C. defendió ante el juez que los restos de ADN de las víctimas encontrados en la correa de sus gafas se le transfirieron cuando cogió en brazos al perro de la familia, presente en la escena del crimen.

"El perro estaba todo manchado de sangre, y el señor Alejandro C. (el acusado) también se pudo marchar perfectamente", aseguró Carugatti, después de que se encontraran rastros de ADN de la joven y del abuelo en sus gafas.