"No sabemos por qué lo hicieron. Ninguno de los dos estaba considerado un alumno conflictivo ni habían dado problemas", explicó ayer la directora del instituto Josep Sureda i Blanes, Azucena Ibáñez. Según explicó, tampoco estaban entre los alumnos que habían suspendido la asignatura que impartía la víctima.

"La profesora quedó muy afectada, porque nunca pensó que pudieran ser ellos. Había sospechado de otros alumnos más problemáticos, pero no de estos", aseguró la directora. La víctima dejó el centro en cuanto acabó el pasado curso escolar. "Estaba en comisión de servicios y su plaza fue ocupada. Su marcha no tuvo nada que ver con los hechos, e incluso ella misma había pedido quedarse aquí", afirmó la directora.