Acongojados por la repentina ira de su pareja, un hombre y su hijo salieron por piernas de su casa, en la calle Cotlliure de Palma, y se refugiaron en un bar. Pero la mujer estaba fuera de sí y les siguió hasta el establecimiento. Allí, ante la mirada de un puñado de parroquianos, empezó a insultarles y le arrebató a su compañero la llave del domicilio. Ya podían buscarse un lugar donde pasar la noche, porque a casa no volvían. La mujer no iba a dar marcha atrás y propinó un puñetazo en la cara a su pareja. Cuando el hijo intentó mediar, fue zarandeado y recibió varios arañazos. La Policía Local acudió al lugar y tras hablar con las víctimas y los testigos, interrogó a la mujer. Esta reconoció que había mantenido una fuerte discusión con su compañero. ¿El motivo? Que el hijo se encerraba en su cuarto a fumar porros y eso no lo iba a consentir. Acabó detenida por lesiones y coacciones.

Lluvia de cubiertos. Los amantes del mundo del misterio conocen bien las extrañas lluvias de ranas, peces y otros animales de los que hay constancia en diversos puntos del planeta. Algo parecido vivieron los peatones que hace unos días caminaban por la calle Aigua Dolça, junto al Paseo Marítimo de Palma, cuando se vieron sorprendidos por un chaparrón metálico tan curioso como peligroso. La lluvia estaba formada por cuchillos y tenedores que un niño estaba lanzando desde el balcón de su domicilio. Al parecer, sus padres le habían dejado solo y el pequeño, en un momento de supino aburrimiento, decidió vaciar los cajones de la cocina.

Atraco bomba. Hace unos días, los dependientes de una farmacia cercana al cuartel de la Policía Local, en la avenida Sant Ferran, recibieron la visita de un extraño e inofensivo atracador. El hombre llevaba el rostro cubierto con un pasamontañas y amenazó a los presentes. No blandía ni cuchillo ni pistola, pero les intimidó asegurando que llevaba una bomba adosada al cuerpo. Sonó muy amenazador hasta que, en cuestión de segundos, dio media vuelta y se fue sin llevarse un solo céntimo de la farmacia.

Que vengan a por el dinero. La semana pasada, un hombre sufrió un accidente de tráfico con su coche en Palma. Cuando la Policía Local acudió al lugar descubrió que en el interior del vehículo había una gran cantidad de dinero en efectivo. El herido, que debía ser trasladado en ambulancia a un hospital, explicó que se trataba de la recaudación de un estanco de su propiedad y pidió a los agentes que avisaran a algún familiar para que se hiciera cargo de los billetes.

Vengo a pegar a mi ex mujer. Los vigilantes de los juzgados de Vía Alemania interceptaron a un hombre armado con una caña de pescar que anunció que iba a pegar a su ex mujer, que declaraba allí por una agresión anterior. El hombre trató de coger después un paraguas y fue sorprendido desnudándose en el baño de los juzgados.

Orina canina. La Policía Local de Palma tuvo que mediar en una disputa entre dos personas en la calle Colón, en pleno corazón de la ciudad. Los primeros avisos alertaban de que los responsables de un comercio habían conseguido retener a un ladrón. Pero cuando los agentes acudieron al lugar, comprobaron que el retenido era el dueño de un perro al que el comerciante acusaba de haber hecho orinar intencionadamente al animal en la puerta de su tienda.