El abogado de Alejandro de Abarca Barnet, el asesino confeso de la joven rumana Ana Niculai cuyo cadáver fue hallado el pasado 19 de julio maniatado y carbonizado en el maletero de un coche en llamas en un camino cerca de Muro, solicitó el cambio de prisión del sospechoso para garantizar su seguridad. El letrado pidió durante la comparecencia de prisión celebrada el pasado miércoles en el juzgado de guardia de Inca, poco antes de que la magistrada acordara el ingreso en la cárcel del imputado, que se adoptaran las medidas pertinentes de protección en el centro penitenciario de Palma o en otra prisión ante los temores del hombre a ser agredido.

El supuesto asesino, un preso en tercer grado que se había fugado tras un permiso, confesó ante la Guardia Civil y la jueza que mató a Ana Niculai, de 25 años, con inyecciones de heroína. El imputado admitió que le robó el coche en Palma para ir a comprar droga en Son Banya. También reconoció que la amordazó, ató, metió en el maletero y que luego incendió el vehículo, si bien alegó que no sabía que en ese momento ella estaba dentro del Audi A4.

La jueza de guardia de Inca ordenó el miércoles por la tarde su ingreso en prisión por los delitos de asesinato, detención ilegal, quebrantamiento de condena, robo y contra la seguridad del tráfico. Los letrados de la acusación particular, Enric Patiño y Antoni Monserrat, no descartan que el sospechoso, con un amplio historial delictivo, también hubiera violado o abusado de la joven. De momento, se está a la espera de los resultados de las pruebas forenses para aclarar este hecho.

Alejandro de Abarca, que estuvo fugado durante una semana en la Serra de Tramuntana lo que obligó a activar un espectacular dispositivo policial, explicó que el fin de semana anterior al crimen consumió cocaína. Según su versión, estuvo de fiesta con unos amigos y también tomó drogas. El día del crimen, el lunes 19 de julio, relató que se inyectó varias veces la heroína que había comprado en el poblado y que consumió speed. El hombre, que se mostró muy frío y sereno durante el interrogatorio, recordó que se hallaba muy nervioso por el efecto de los estupefacientes. Sin embargo, los investigadores dejaron en evidencia que el sospechoso planeó sus actos y era consciente de todo lo que hacía. Abarca también admitió que ese día se vio con un familiar, quien le recriminó que hubiera robado un coche.