"Llevábamos 15 días quitando escombros. Al ver que sacábamos un brazo y un jersey nos dimos cuenta de que se trataba de una persona". Uno de los obreros que el pasado jueves encontró el esqueleto de una adolescente en el sótano de un edificio de Palma explicó ayer que junto a los restos aparecieron un jersey de invierno, el forro de una falda y unas medias.

La Policía Científica reanudó ayer la investigación para averiguar la identidad de esta menor que, como mínimo, llevaba enterrada en este lugar unos diez años. El edificio donde se produzco el hallazgo era el antiguo hotel Augusta, uno de los primeros que se inauguraron en la barriada de la Bonanova. Este hotel fue cerrado y el edificio se convirtió en apartamentos. Tras la caída de un niño en una fosa séptica los actuales propietarios decidieron tapiar esta zona, que sólo se utilizaba para depositar escombros.

De lado

El esqueleto, que en la primera inspección se comprobó que no presenta ninguna lesión traumática, apareció en una posición ladeada. El obrero señaló que sobre los restos había tierra, pero que después habían sido cubiertos con los escombros de un antiguo techo. Los albañiles estaban construyendo una rampa dentro de este habitáculo. Ante este descubrimiento avisaron a los responsables del edificio de apartamentos y a la Policía.

Fuentes próximas a la investigación señalaron que los forenses están iniciando las primeras pruebas para determinar el sexo, la talla y la edad aproximada de esta persona. La literatura científica indica que un cadáver tarda como mínimo diez años en convertirse en un esqueleto, aunque no es un periodo exacto porque depende del ambiente en el que fue enterrado. Por tanto, esta persona llevaba más de una década enterrada. Para acercarse más a la fecha de esta muerte los investigadores utilizarán otros datos indirectos. Uno de ellos será el estudio de las ropas halladas junto a los restos óseos. Estas prendas se hallaban en buen estado. Se intentará determinar la antigüedad de estas ropas en función del estilo, lo que puede situarla en una época determinada.

Lo que de momento está claro es que la persona hallada muerta era una adolescente. Su edad podría situarse entre los 12 y los 16 años, y de momento se desconoce de quien se trata. La Policía tomará muestras de los restos para determinar el ADN de esta persona. Este perfil genético puede obtenerse con el análisis de las piezas dentales o de algunos trozos de los huesos. Determinar el ADN se considera una información básica, ya que podrá cotejarse con los familiares de alguna menor desaparecida la década pasada y que no se había localizado.

El hecho de que la zona donde apareció el esqueleto fuera un antiguo hotel añade más dificultad a la investigación policial. Al tratarse de un edificio por el que transitaba mucha gente, una de las posibilidades que se está barajando en medios policiales es que esta menor pudiera ser extranjera. La Policía buscará en su archivo las denuncias por desaparición de menores que no se ha resuelto. De momento es difícil determinar los casos que habrá que investigar, porque antes hay que acotar la antigüedad de estos restos óseos.

Vecinos

Una vecina de la zona, que lleva más de 45 años residiendo en la Bonanova, señaló que no recordaba el caso de una menor desaparecida en la zona en los últimos 15 años. La mujer se mostró muy sorprendida por el hallazgo de este esqueleto, en una zona de difícil acceso.

Cuando este edificio fue abandonado también fue lugar de cobijo de vagabundos, que accedían al sótano para pasar las noches.