Transporte
Cruzar el país, ir a la playa en Alicante y volver para cenar
Los trenes de Alta Velocidad de bajo coste permiten que decenas de personas viajen desde Madrid con lo puesto para disfrutar del mar y regresar a su casa por la noche
Algunos aprovechan los precios para visitar a la familia en ocasiones especiales
Alejandro J. Fuentes
Para desconectar y tomarse unas vacaciones en la playa a veces basta con 12 horas. La mochila, la sombrilla, el bocadillo y un buen madrugón es todo lo que hace falta para ir a la playa del Postiguet o de La Albufereta, en Alicante, desde Madrid. A 405 kilómetros de los arenales alicantinos, decenas de personas aprovechan las líneas de Alta Velocidad a bajo coste para realizar pequeñas escapadas a la capital de la provincia.
El primero de los trenes -el Avlo de Renfe- sale desde la madrileña estación de Chamartín a las 7:00 de la mañana. Un pequeño sacrificio para quienes buscan huir del ajetreo de la capital y relajarse en las playas de la ciudad, conocer alguno de sus muchos puntos de interés y disfrutar de la gastronomía alicantina.
Para algunos -especialmente los más jóvenes- supone una oportunidad de disfrutar de un ocio diferente al que están habituados en la capital a un precio reducido; para otros una ocasión de desconectar cualquier fin de semana, aunque no tengan vacaciones; e incluso es la forma perfecta de estar presente en los momentos familiares, a pesar de vivir a cientos de kilómetros.
David está estudiando un máster de Economía en Madrid, donde vive desde que empezó la carrera. En julio, él y sus amigos pasaron un día en Alicante y volvieron antes de que anocheciera: "Bajamos a la playa, encargamos un arroz, tomamos unas cervezas y nos volvimos", señala. En cuanto al tiempo que se pierde en desplazarse hasta la capital alicantina, él lo tiene claro: "En Madrid las distancias son otras, cuando vivía en Alicante 20 minutos en bus me parecían un mundo, pero aquí cogemos el metro una hora todos los días. Dos horas para ir a la playa no me parece tanto". Un plan que en la ciudad donde viven "podría habernos costado lo mismo o incluso más, así que no lo veo una locura". Los billetes los compraron varias semanas antes por 19€ y, en total, gastaron unos 60 euros por persona.
Ver a la familia
Aunque no es la única ventaja que encuentran los jóvenes a los trenes de bajo coste. Paula trabaja en una agencia de Marketing cerca de la Gran Vía y ya ha reservado los billetes para poder estar en el cumpleaños de su padre, en el mes de septiembre: "Antes bajaba mucho menos y las visitas tenían que ser más largas para aprovechar el precio de los billetes", además, lamenta que "en muchas ocasiones, cuadrar las ocasiones especiales con el trabajo o tu rutina puede ser difícil, así que te acabas perdiendo cosas".
Ahora, gracias a los billetes de bajo coste asegura que planifica con tiempo las fechas señaladas e intenta estar siempre que puede, aunque tenga que volver en el mismo día: "Sale más barato que bajar en coche, así que lo aprovecho bastante".
El éxito de los trenes de bajo coste -actualmente con tres operadoras distintas entre Alicante y Madrid- es tal, que alguna compañía ya ha solicitado al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) permiso para poder ampliar sus frecuencias y ofrecer nuevos horarios a los viajeros, que han respondido muy positivamente a la implantación de este servicio entre ambas capitales.
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