Minuto 91

La opinión de Sebastià Adrover: El relato hipócrita de la prensa de Madrid

Imagen de la grada llena antes del partido entre el Real Mallorca y el Real Madrid.

Imagen de la grada llena antes del partido entre el Real Mallorca y el Real Madrid. / rcdmallorca

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

Esta película ya la hemos visto y lo peor es que la seguiremos soportando. La prensa de Madrid, que no nacional -el matiz es importante-, ya se ha encargado de rascar lo que ha podido para imponer su relato y dejar claro que Son Moix tiene un grave problema de racismo y que lo que tiene que aguantar el Real Madrid no tiene nombre. 

Da igual que sea un chaval, uno, entre 23.244 espectadores en las gradas, el que haya cometido la barbaridad de realizar gestos xenófobos contra Tchouaméni. Vaya por delante que espero que el Mallorca le localice y le expulse porque lo que hizo es injustificable, no hay ningún ‘pero’ en este sentido. Además, el club bermellón hizo bien en condenar rápidamente lo sucedido para que quedara claro que en esta sociedad no tiene cabida un comportamiento así. Lo triste, además, es que llega en alguien joven que todavía está en edad de crecimiento.

Sin embargo, este fin de semana hemos tenido que leer, escuchar y ver en muchos medios de comunicación que en el estadio del Mallorca existe un conflicto sin solución. Y aquí quiero detenerme. Por supuesto que cualquier episodio de esta calaña debe denunciarse, sin excepción, pero la hipocresía aparece porque estos mismos periodistas, que son muchos y con un gran altavoz, se quedan callados cuando eso mismo sucede en el Santiago Bernabéu.

Ahí curiosamente ya no existe tanta indignación, por mucho que incluso haya muchas más cámaras que puedan registrar actos condenables. A veces parece que estos vomitivos hechos, aunque sean aislados, solo se producen en Palma o en Valencia, por poner otro lugar en el que llueve sobre mojado en este asunto. La irritación que comparten en sus medios, por supuesto que existen excepciones, sería creíble si no se convirtiera en indiferencia cuando pasa en el estadio del Real Madrid.

«Y eso que Vinicius no estaba en el campo», se oyó en uno de los programas de radio más escuchados del país para exagerar la vergüenza de Son Moix que, repito, cometió un solo indeseable. Hay que tener muy mala intención para decir eso y meter en el mismo saco a una afición históricamente ejemplar y que, como todas, tiene impresentables luciendo la misma camiseta. No se puede mirar hacia el otro lado en algo así, pero generalizar en algo tan sensible siempre acarrea una injusticia. Y es lamentable que la cometan profesionales de la información que tienen una responsabilidad tan grande.