Así se ha vivido la final de Copa en Mallorca: del cielo al infierno en Palma, Son Servera y Andratx

Miles de mallorquinistas repartidos por toda la isla han animado a su equipo hasta el final a través de las pantallas instaladas en Ciutat y la part forana

El vídeo de la afición del Mallorca: De la alegría desbordada a la decepción absoluta

Guillem Bosch / Biel Capó

Jordi Sánchez

Jordi Sánchez

Para perder una final hay que jugarla, y para llenar plazas en Palma, Son Servera y Andratx debe existir una afición entregada. Miles de mallorquinistas (alrededor de 5.000 en Palma) siguieron la final de la Copa del Rey entre el Athletic y el Mallorca a través de las pantallas instaladas en las diferentes plazas de la part forana y en la plaza de la Reina en Palma, donde la expectación fue máxima durante todo el encuentro. En el caso de Ciutat, se utilizó ciuriosamente la retransimisión de La 1.

En Ciutat, con el gol de Dani Rodríguez, la afición allí soñó todavía más con la copa y se desató la locura entre los mallorquinistas. Los cánticos de "¡Sí se puede!" y los aplausos no cesaban mientras el Mallorca lideraba en el marcador. Sin embargo, tras el gol de Sancet, se hizo el silencio.

El 1-1 enmudeció a los allí presentes e hizo decaer por completo el ambiente. La tensión se convirtió en la tónica dominante de la noche. El cambio del goleador Dani Rodríguez pareció haber hecho despertar a la afición del Mallorca, cuando varios sectores de la plaza aplaudieron el cambio del 'tigre' de Betanzos, quien fue sustituido por Radonjic tras haber sentido molestias en una pierna.

Al finalizar el encuentro, ni un aficionado se movió de su sitio en la plaza de la Reina. Expectantes y nerviosos esperaron al tiempo extra después de que el Mallorca lograse un un merecido empate al término de los 90 minutos. El DJ que amenizaba la noche en los descansos se encargó de revivir a unos mallorquinistas visiblemente abatidos tras el 1-1, pero que comenzaron a reanimarse en los últimos minutos del tiempo reglamentario.

Entrada la primera parte de la prórroga, el ambiente que se respiraba en la plaza de la Reina era de pura tensión. Los nervios se apoderaron de los mallorquinistas, acostumbrados ya a sufrir en este tipo de encuentros, y nadie despegaba su mirada de la pantalla. Como era de esperar, tan solo una imagen de Abdón Prats calentando desató el júbilo entre la afición, que deseaba ver a su ídolo sobre el césped lo antes posible, algo que finalmente no fue posible.

En la segunda mitad, al igual que al incio del tiempo extra, nadie se movió de su sitio. A las 00:20 horas de la noche la plaza de la Reina seguía presentando un lleno absoluto en la antesala de la segunda mitad de la prórroga. Eso sí, se mantuvo la máxima tensión para los últimos 15 minutos del encuentro.

Sin embargo, no pudo ser. La afición mallorquinista desplazada hasta el centro de Palma para seguir al Mallorca en esta final de Copa del Rey vivió un duro y triste camino a casa, muchos después de estar más de cuatro horas de pie animando hasta el último minuto. Poco a poco los mallorquinistas fueron abandonando la plaza, que iba quedando desierta y muy sucia al son del himno del Mallorca. Algunos derramaron lágrimas de rabia e impotencia después de vivir una dura derrota en los penaltis, mientras que otros dedicaron un sincero y solemne aplauso al equipo y a los más de 20.000 aficionados desplazados a Sevilla. Un pequeño sector del Athletic se dejó ver celebrando el triunfo y la Copa una vez semi vacía la plaza.