Opinión

La opinión de Toni Ruiz sobre el RCD Mallorca-Girona: Copete sella una victoria de oro

Copete saluda a la afición tras marcar el gol

Copete saluda a la afición tras marcar el gol / Manu Mielniezuk

Las victorias valen tres puntos, pero en esta liga tan igualada, y en la que el descenso está más barato que nunca, parecen más trascendentales. El Mallorca sigue imbuido en el espíritu de la Copa, y es que si hay una cosa que también es ley en el fútbol es lo importante que son las tendencias. Y al equipo bermellón le ha llevado a la final y le ha dado fuerza y confianza en su manera de jugar. El equipo comulga con el estilo de Aguirre, convencido ya de que puede jugar con dos delanteros, como Muriqi y Larin, similares a esos En Nesyri y Braithwaite, con los que casi marca un hito con el Leganés. 

El mexicano le volvió a ganar la batalla táctica a Michel. El equipo salió a por todas, con una presión adelantada desquiciante porque había muchas cosas que anular: los regates de Savio y Tsigankov en banda, las subidas de Couto y Gutiérrez, el peligro en el área de Dobvik y tapar al creador de juego por antonomasia del Girona, Alex García. El Mallorca sorprendía con rápidas transiciones, que acababan en oportunidad o córner. Todo un bombardeo desde las esquinas, seis en la primera parte, que dieron su fruto con un remate de Copete que se encumbró, no solo con ese gol sino también con su impresionante labor defensiva, al igual que toda la zaga.

En la segunda parte, como en el partido de Copa, tocó defender la ventaja, esta vez de un solo gol -logrado por Copete-, pero se resistió porque no hubo ningún jugador que flaqueara y eludiera su tarea. El premio, una victoria de oro.

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