Fútbol. Copa del Rey

Javier Aguirre entra en el club de los finalistas del Real Mallorca

El técnico mexicano iguala el hito que cosecharon Serra Ferrer, Cúper y Manzano al clasificar a los bermellones para la final de la Copa del Rey

Javier Aguirre, sonriente durante un entrenamiento con el RCD Mallorca.

Javier Aguirre, sonriente durante un entrenamiento con el RCD Mallorca. / RCDM

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Todavía se digiere el pase del RCD Mallorca a la final de la Copa del Rey. Es un hito en la más que centenaria historia de la entidad y tiene un artífice muy claro al frente: Javier Aguirre. El técnico mexicano, cuyo fútbol es amado y odiado a partes iguales, ha conseguido que el equipo bermellón sea uno de los dos mejores del torneo copero. Y con ello, se ha sumado a una lista que permanecía inamovible desde hacía 21 años, la de los entrenadores que han conseguido tal hazaña al frente del conjunto mallorquinista. 

Llorenç Serra Ferrer en 1992, Héctor Cúper en 1998 y Gregorio Manzano en 2003. A ellos se les suma ahora Aguirre, que buscará repetir el papel de su más inmediato predecesor y no saborear la derrota como hicieron los dos primeros. Treinta y dos años han pasado entre la primera y la última clasificación para la final y ahora el de Ciudad de México buscará conseguir un nuevo trofeo para la sala de Son Moix

El preparador bermellón ha sabido trasladar la mejor versión del equipo a la Copa del Rey. Mientras que en la Liga las áreas son su condena y la explicación de por qué no se deja de mirar al descenso, en el torneo del K.O., el equipo se ha mostrado prácticamente intratable en todas las rondas, a excepción de la semifinal donde la fortuna también tuvo un peso importante. 

Fórmula del éxito

Sus ruedas de prensa previas a cada eliminatoria denotaban que su fórmula del éxito, visto lo visto, se basaba en restar importancia no al campeonato en sí, sino a la obligatoriedad de conseguir hacer algo grande. Al margen de las primeras rondas, superadas con solvencia ante equipos de baja categoría, la cosa se empezó a poner seria frente al Burgos y al Tenerife. En El Plantío la superioridad fue clara, en el Heliodoro hubo que esperar al minuto 120. 

Ante el Girona, y en Son Moix, Aguirre agitó su coctelera y desnudó en treinta minutos al por aquel entonces líder de la Liga y prácticamente imbatible. El Mallorca, que lo daban por eliminado, se colaba en las semifinales ante la Real Sociedad. En la ida, la suerte estuvo de cara. En la vuelta, Aguirre se comió a la Real, se jugó a lo que él quiso –con la colaboración de Greif– , su planteamiento de los penaltis fue un caso único y el Mallorca ya está en la final. 

Nunca favoritos

Ni una palabra más alta que la otra en rueda de prensa, siempre asumiendo el papel de no favorito y dejando que sea el fútbol el que hable. El mexicano, que acaba contrato el 30 de junio, tiene muchos motivos para ilusionarse con la Copa del Rey. El primero, porque la competición le debe una tras perder el título con Osasuna frente al Betis en el ya extinto Vicente Calderón en 2005. Y lo segundo porque tiene la oportunidad, a sus 65 años, de conseguir el título que siempre ha ansiado desde que empezó a entrenar en la liga española allá por el año 2002.  

El ‘Vasco’, poco amigo de las alabanzas, tiene un mes por delante muy complicado en Liga con el que lidiar y una final en La Cartuja que preparar y en la que, salvo sorpresa, el Mallorca partirá siendo el menos favorito. Es su táctica y la mantendrá hasta el final. 

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