Fútbol

Figueroa Vázquez, el que faltaba en la fiesta del RCD Mallorca-Alavés

El árbitro sevillano, con el que el conjunto bermellón nunca ha ganado en Primera División, dirigirá el transcendental encuentro de este domingo de los bermellones ante los de Luis García Plaza

Figueroa Vázquez, en el Mallorca Athletic Club del curso pasado.

Figueroa Vázquez, en el Mallorca Athletic Club del curso pasado. / EFE

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Si las aguas en el Mallorcano estaban lo suficiente removidas ya tras el decepcionante empate ante el Cádiz, la Federación Española ha querido añadirle más pimienta al asunto designando a Jorge Figueroa Vázquez como árbitro principal para el transcendental partido de este domingo ante el Alavés de Luis García Plaza (14 horas). El trencilla sevillano es un viejo enemigo del mallorquinismo, protagonista de algunas actuaciones de bajo nivel que perjudicaron gravemente al conjunto bermellón. 

Figueroa Vázquez habla con Vivian, central del Athletic.

Figueroa Vázquez habla con Vivian, central del Athletic. / CATI CLADERA

Y es que, polémicas aparte, al Mallorca no le va bien con Figueroa Vázquez al silbato. De hecho, sus números son para echarse a temblar. El colegiado ha arbitrado a los bermellones en 21 ocasiones (Primera, Segunda y Copa del Rey), con solo tres triunfos, dos empates y la friolera de 16 derrotas. En la máxima categoría los rojillos no saben lo que es ganar con él. Este curso fue el árbitro designado en los encuentros ante el Athletic Club (0-0) y Real Sociedad (1-0). 

Precisamente tuvo gracia que fuese el colegiado en el encuentro frente al conjunto bilbaíno. Y es que el curso pasado, con el Mallorca punto de certificar la permanencia al ir por delante en el marcador gracias a un gol de Kang In Lee, se saltó una falta fragante sobre Hadzikadunic tras un ‘bocata’ entre Adu Ares y Raúl García. 

Aplazó la permanencia

Una acción que desembocó en el protestado penalti de Galarreta por mano que dejó muy tocados a los bermellones, que perdieron a Raíllo –que tuvo que ser sujetado por varios compañeros al final del partido– y Toni Amor por expulsión por las protestas. En ese choque, además, las cámaras de televisión captaron una actitud chulesca en todo momento, como cuando se dirigió de malos modos a Jaume Costa en la primera mitad. «Baja la manita, eh, baja la manita», le espetó. 

Sea como sea, bien harán los futbolistas del Mallorca en abstraerse de la reacción de la afición ante cualquier jugada dudosa que beneficie a los de Luis García Plaza. Pese a que su bagaje con Figueroa Vázquez es terrible, deben tener la capacidad de aislarse y centrarse en lo importante, que es ganar.