Opinión

Javier Aguirre desacredita al RCD Mallorca

El mexicano ningunea el tuit del club que le paga y al que representa, en el que se muestra «indefenso» por la expulsión de Mascarell ante el Betis

Siempre condescendiente con los árbitros, Ortiz Arias merecía una reprimenda

Javier Aguirre durante el Betis-Mallorca del pasado sábado.

Javier Aguirre durante el Betis-Mallorca del pasado sábado. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Javier Aguirre se ha pasado de la raya. En una inaudita falta de respeto hacia el club que le paga, pasó de puntillas o, aún peor, ninguneó el tuit que el Mallorca publicó en el descanso del partido contra el Betis en el que no dejaba lugar a dudas sobre lo que pensaba sobre la injusta expulsión de Omar Mascarell. «NO es segunda amarilla de Mascarell. NO es expulsión. Indefensos y con uno menos por este error».

Lo que se espera de una persona

que figura en nómina de la entidad, y no una cualquiera, es respetar la opinión corporativa. Por una vez, a Aguirre, siempre condescendiente con los árbitros, no le hubiera costado nada levantar la voz ante el clamoroso error de Ortiz Arias en el pisotón del bético Marc Roca a Mascarell, y no al revés, como interpretó el árbitro y que costó la expulsión al mallorquinista con toda la segunda parte por delante. Tras el tuit del Mallorca, del que se desprende indignación, no puede salir Aguirre en rueda de prensa diciendo que «nunca» justificará «una derrota por el tema arbitral, no encontrarás ninguna declaración mía contra los árbitros. El club tiene el derecho como institución a hacer lo que quiera». Lo que no ha entendido el mexicano es que, desde el momento que luce el escudo del Mallorca, el club es él.

Desacertado en rueda de prensa, en el banquillo no le va a Aguirre mucho mejor

Con el dudoso honor de ser el entrenador del Mallorca con el peor inicio de campeonato desde 1991, sus números son desoladores. El equipo sigue sin jugar a nada, ni con 11 ni con 10, y se ve incapaz de ganar a nadie. La segunda amarilla a Mascarell fue injusta, pero la sensación es que ni con el centrocampista tinerfeño en la segunda parte se hubiera podido evitar una derrota que estaba cantada ante un rival superior, uno más. 

El Mallorca está en todo su derecho

de pedir el aplazamiento del partido que debe disputar contra el Cádiz el próximo domingo, que coincide con el Kosovo-Israel, con la inevitable presencia de Muriqi. Todo apunta a que se va a aplazar al día 29, lo que significaría que el equipo no jugará un partido en los próximos veinte días. Una petición del club sobre la que, de nuevo, Aguirre se desentendió. «Lo que quiero es jugar y ganar», respondió cuando se le preguntó por el tema, que es como no decir nada.

Maffeo, dedícate a jugar

Con la que está cayendo, el buen lateral mallorquinista debería olvidarse de los insultos por redes de cuatro descerebrados y dedicarse a lo que sabe. Dar pábulo a estos sujetos no le conviene ni a él ni al club.

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