Prodigioso Sant Antoni, glorioso Manacor

El santo de la devoción de todos los ‘manacorins’ y ‘manacorines’ vuelve a encender las calles de la capital del Llevant

Así vive Manacor la 'Revetla' de Sant Antoni

B. Ramon

Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

El santo de la devoción de todos los manacorins volvió ayer a encender calles y foguerons. O más bien fueron los dimonis quienes, poco a poco, se fueron adueñando de un día plácido para hacerlo más abrasador que nunca. En realidad no hay fiesta que se asemeje a la de Sant Antoni a este lado del municipio. Lejos de las fechas turísticas, Sant Antoni supone el reencuentro con lo espiritual y con el recogimiento identitario para huir de la homogeneización que comporta la globalización. Así las cosas, la mañana estuvo en su mayor parte dedicada a las tareas tradicionales de montar los foguerons, colocar los troncos de leña en orden y sacar de los garajes las figuras que componen estas ‘minifallas’ que desde hace más de setenta años definen el espíritu crítico del Sant Antoni manacorí. En las escenas, el santo ermitaño y el dimoni cucarell comparten espacio, siempre irónico, para expresar en imágenes y glosas cómo ha ido el año político y socialmente en la capital del Llevant. Desde el Bar Mallorquí hasta la calle Valencia, desde los colegios al grup d’Esplai de Crist Rei. Decenas de puntos en un mapa que, a su vez, sirvió a los vecinos del pueblo para diseñar, a pie o en bicicleta, una ruta que les llevó a disfrutar del mayor número posible antes de comer.

Y es que como paso previo a poner mesa, hubo la primera de las metas del martes: la salida de los dimonis de Cas Baciner, en la calle de Sant Roc, en la barriada histórica de Es Barracar. Portal engalanado y gente esperando hasta que, pasadas las dos de la tarde, el grupo de músicos y dimonis, acompañaron al Baciner y al santo de los animales, en procesión festiva hasta el Ayuntamiento de Manacor. Allí, en la plaza des Convent, más de 5.000 personas (muchas habían estado guardando lugar desde las diez de la mañana), la fiesta explotó y todo emergió bajo los acordes del paraparaxim. Unas cuantas coreografías y se dirigieron hacia la Sala de plenos, donde el Dimoni Gros (interpretado por Antoni Lluís Reyes) de este año ocupó la silla del alcalde, como mandan los cánones. El traje de Sant Antoni se lo enfundó como en el Primer Ball, Bernat Aguiló. Otra de las novedades del Sant Antoni marcado por la renovación de la colla es que Magdalena Pérez lució en este día grande para Manacor el traje de dimonió -junto a Antoni Juan -, lo que supone un paso más hacia la igualdad en una jornada en la que en Algaida el Sant Honorat de este 2024 también ha tenido nombre de mujer con Elionor Serra como primera mujer dimoni de los Cossiers. El nuevo delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez Badal, no quiso perderse la fiesta manacorina desde la sala de plenos, igual que el conseller Antoni Costa.

Prodigioso Sant Antoni, glorioso Manacor |

Prodigioso Sant Antoni, glorioso Manacor | / S. Sansó B. Ramon

Más bailes, mistela, hierbas y galletas rizadas. Y a comer. Cada uno con los suyos: amigos, compañeros de grupo fogueroner o familiares. Mientras el santo, los dimonis y los sonadors continuaron su recorrido, que ya no se interrumpió en exceso hasta entrada la madrugada, cuando todo acabó en el Molí dels Tastavins de Fartàritx, a altas horas de la madrugada. Aunque primero visitaron, a partir de las 17:30 horas la Residencia de Mayores para después, a partir de las siete de la tarde, unirse a la salida del carro de la Colcada desde el Consistorio y ya con las fuerzas vivas del pueblo, continuar hasta el centro.

Completes

Llegados a este punto, la cosa se bifurcó en un cruce de éxito asegurado. Aquellos que pudieron entrar a la iglesia de Nostra Senyora dels Dolors con el lugar reservado (este año exactamente 1.492) y disfrutaron de las Completes y de los Goigs de Sant Antoni. Quienes no, o guardaron sitio detrás del templo, en la plaza de sa Rectoria, para poder ver de cerca como el Dimoni Gros encendía la primera hoguera; o bien estuvieron presentes en la plaza de los Pares Creus y Font i Roig en el Cant Dels Goigs alternativo, organizado por la Assemblea Antipatriarcal, donde después también hubo encendido del fogueró diseñado por Marina Cànoves y Lluïsa Febrer y posterior torrada. A partir de aquí, todo el mundo pudo prender fuego a los suyos, dejando lugar a los botifarrons, la panceta, las longanizas o la carne adobada.

Con el lema Foc a les agressions sexuals, el Ayuntamiento repartió unas dos mil chapas, además de adhesivos y unos treinta voluntarios tanto del Patronat como del Esplai de Crist Rei ejercieron de agentes lilas.