Lletra menuda: La postal inconfortable

Llorenç Riera

Llorenç Riera

La realidad está tras el dosel de la imagen agradable y atractiva. No solo eso, muchas veces queda aprisionada por un atractivo que a lo sumo es útil y agradable para el foráneo.

Resulta difícil mejorar la postal, la vista panorámica con la que Banyalbufar obsequia a la vista. Adecuar este marco preferente a la vida y práctica cotidiana ya es harina de otro costal que se revela más árida. Con el teléfono móvil puedes captar el paisaje inigualable de la Serra, lo cual no implica que puedas enviarlo con el mismo dispositivo desde Banyalbufar o Estellencs. Es la forma amable de decir que durante dos largos días los residentes no han dispuesto de servicio de internet y telefonía con el agobio por incomunicación que ello supone en un lugar con muchos residentes de avanzada edad. Para conseguir algún punto de conexión había que echarse a la carretera de las carreras de motos ilegales, otro peligro añadido a la desatención telefónica.

En la gestión de la avería, «vergüenza» le llama la alcaldesa de Banyalbufar, está la justificación de la indignación vertida y la evidencia del abandono. Quienes han intentado averiguar qué ha ocurrido aseguran que Telefónica ha ido dando versiones diferentes y contradictorias. A fin de cuentas, tras el apagón de comunicaciones parece estar la falta de reparación y de mantenimiento de líneas dañadas con el cap de fibló de hace tres años.

Todo eso no se ve pero se padece en la postal de Banyalbufar. La Serra de Tramuntana sigue teniendo un plus de dificultad y de abandono para sus residentes que no está incluido en el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. Poco que ver con lo disfrutado por los turistas. No deja de ser un agravio y una desconsideración para los vecinos del lugar.

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