Llucmajor

Un viaje al interior de los 80 kilómetros de galerías de la ‘Catedral’ subterránea de Mallorca: la cueva del Pas de Vallgornera

Antoni Merino publica el libro ‘La natura amagada: la Cova des Pas de Vallgornera’, en que, después de décadas estudiando ‘in situ’ la cueva, analiza qué la hace tan singular a nivel nacional e internacional

Iñaki Moure

Iñaki Moure

El 26 de abril de 1968, el maestro de obras Tomeu Covas tenía una misión. Trabajaba en la construcción del Hotel Es Pas y debía excavar un pozo negro para las aguas residuales del establecimiento turístico. Pero algo no fue como él esperaba. Mientras usaba el martillo neumático, se produjo un hundimiento del terreno. Miró hacia abajo. Y, debajo de sus pies, se abría un mundo subterráneo desconocido.

Sin pretenderlo, había contribuido al descubrimiento de la cueva más importante de Balears: la Cova des Pas de Vallgornera. Su importancia viene determinada por sus dimensiones (casi 80 kilómetros de galerías) y por sus excepcionales características morfológicas, que le confieren un aire majestuoso, como si se tratase de una imponente catedral subterránea.

Han pasado 55 años de su descubrimiento y en este tiempo ha sido objeto de multitud de estudios e, incluso, de algún intento de explotación turística, como el que sondeó el propietario del hotel, que llegó a encargar a un grupo de espeleólogos y buceadores que explorasen la cavidad para ver si había alguna posibilidad de habilitarla para grupos organizados, un poco a la manera de les Cuevas del Drach. Finalmente, esa idea se desestimó.

Una de las personas que más se ha dedicado a su conocimiento es Antoni Merino, quien ha llegado a adentrase en la cueva una media de tres veces al mes en las dos últimas décadas.

Tras escribir varios artículos de investigación, ha decidido aglutinar todo su conocimiento y la información recopilada en el libro La natura amagada: la Cova des Pas de Vallgornera, una obra que fue presentada esta semana en el municipio de Llucmajor.

79 kilómetros

En declaraciones a este diario, Merino explica que la singularidad de esta maravilla natural se debe a varios factores. Por un lado, dice, es la cueva más larga de Balears, con 79 kilómetros de galerías (equivalente a la distancia entre Palma y Cala Rajada, más o menos). Explica que sólo tiene una entrada y que es artificial. Dentro, prosigue, uno se encuentra con una parte «de riqueza y finura» en las formaciones geológicas, dice Merino, quien destaca la «elegancia» natural de las columnas, las estalactitas y las estalagmitas.

«Todo es fino y delicado. Por eso es muy especial. Además, es una cueva que su formación ha sido muy compleja y eso es importante. Han influido diferentes factores para que tengamos este cueva», explica el autor del libro, quien señala, en todo caso, que aún queda mucho por trabajar para hacerse una idea completa de lo que significa la cavidad, a nivel biológico y minerológico.

Figuras proteccionistas

La importancia de Vallgornera la evidencian las numerosas herramientas de protección con que cuenta. Está protegida por la conselleria de Medio Ambiente, del Govern, y está declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC), dentro de la Red Natura 2000. El acceso a la cavidad está restringido y sólo se permite para la realización de trabajos de topografía y estudios de diversos tipos que deben ser autorizados antes por la Conselleria.

En todo caso, en los últimos años la amenaza urbanística se ha cernido sobre esta maravilla natural de Mallorca. Son varios los proyectos constructivos que ha habido en la superficie y que han hecho encender las alarmas de la administración.

Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo la comisión de Medio Ambiente de les Illes Balears advertía de que la construcción de una nueva vivienda unifamiliar con piscina incluida en la urbanización ubicada sobre la cueva de Vallgornera, en Llucmajor, potencia el «riesgo de colapso y de ruptura de espeleotemas» en la cavidad por las vibraciones que provocará el aumento del tráfico pesado.

Sin entrar a valorar estas cuestiones en concreto, Merino se limita a señalar que el objetivo debería ser «equilibrar el interés de la cueva con el de las personas».

Este autodidacta que trabaja como administrativo explica cómo su libro se divide en diferentes capítulos que tratan cuestiones como el proceso de formación de la cueva y las diferentes investigaciones que se han llevado a cabo.

En la obra, en que han colaborado especialmente Joaquín Ginés y Toni Mulet, aparecen numerosas imágenes del interior de la cueva, como las que se incluyen en este reportaje, y todo ello acompañado de esquemas que ayudan a entender los procesos geológicos.

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